Mario y Arequipa, un amor eterno
Mario y Arequipa, un amor eterno

“El Perú es para mí una Arequipa donde nací pero nunca viví, una ciudad que mi madre, mis abuelos y mis tíos me enseñaron a conocer a través de sus recuerdos y añoranzas, porque toda mi tribu familiar, como suelen hacer los arequipeños, se llevó siempre a la Ciudad Blanca con ella en su andariega existencia”, pronunciaba con nostalgia Mario Vargas Llosa cuando iba por la mitad de su discurso aquel lejano 7 de diciembre de 2010 ante un auditorio de la Academia sueca de Estocolmo que escuchaba con atención su palabra.

En ese mismo momento, a miles de kilómetros de distancia, cientos de arequipeños estallaron en aplausos y algunos no pudieron contener las lágrimas de orgullo, cuando el escritor pronunció la palabra Arequipa, mientras seguían la trasmisión en directo en pantalla gigante que el municipio instaló en la Plaza de Armas. Por alguna extraña razón, aquella cariñosa manifestación de los arequipeños quedó marcada en el corazón de Mario, cuando se enteró de aquella expresión, tomó la decisión de donar toda su biblioteca personal para que sea Arequipa el lugar donde reposen más de 30 mil libros que estaban repartidos entre Lima, Madrid y París. “La manera cómo vivió Arequipa el premio Nobel a mí me conmovió, soy sentimental, como dice el poema de Sebastián Salazar Bondy: al  fin de cuentas, soy sentimental. Y entonces, pues, empiezo a sentirme Arequipeño por fin”, confesó un tiempo después.

Es curiosa la relación que tiene el escritor con su ciudad natal, pues a pesar que apenas vivió sus primeros años y es probable que no recuerde casi nada de su casa de la avenida Parra;pero fue su abuelo Pedro quien se encargó de inculcarle su amor que la Ciudad Blanca; y lo recuerda de esta manera: “Mi abuelo era un hombre muy recto, un caballero a la vieja usanza y, entonces, ser decente, ser limpio, ser honrado, era ser Arequipeño. Bueno, pues, yo nací con esa idea de Arequipa, crecí con esa idea de Arequipa, y mi primer viaje a Arequipa, cuando yo tenía seis o siete años, lo tengo muy grabado en la memoria porque realmente era el viaje al paraíso”.

El año pasado, cuando visitó Arequipa para participar en la tercera edición del Hay Festival, donde fue el invitado especial, aprovechó para evocar su afecto por su ciudad natal, cuando deslizó unan idea: “ Yo me estaba  preguntando si el próximo Congreso de la Lengua Española no debería realizarse en el Perú, sobre todo en Arequipa, estoy seguro que esta iniciativa sería muy bien recibida por la Academia Española de la Lengua, como por el Instituto Cervantes, que son los organizadores”, y meses después se materializó la gestión y Arequipa será la sede del próximo congreso. 

Esa es la forma como Mario Vargas Llosa le retribuye el cariño de los arequipeños, dándoles cultura y poniendo a la Ciudad Blanca en el centro de atención de intelectuales y estudiosos de la lengua española; o como antes lo hizo cuando sugirió que el más importante evento de cultura como el Hay Festival tenga su sede en Arequipa.