El especialista internacional y experto senior en Educación de la UNESCO, Renato Opertti, estará presente en CADE Educación, que se realizará del 14 al 17 de setiembre. Correó conversó con él al respecto.
A nivel de gobernanza y marco institucional, ¿qué necesita el sistema educativo de un país para funcionar correctamente? Una perspectiva internacional comparada nos permite señalar que existen por lo menos cuatro aspectos interrelacionados: (i) en primer lugar, la robustez y claridad de imaginario y propósito de la educación y del sistema educativo; (ii) un conjunto articulado de ideas fuerza y temáticas transversales que orienten y sustancien el para qué, en qué, cómo, dónde y cuándo de educar, aprender y evaluar; (iii) coordinación, flexibilidad y diálogo institucional para que las diferentes unidades / componentes del sistema educativo contribuyan y colaboren en aras del objetivo fundamental de darle a cada alumno una oportunidad real personalizada de aprender; y (iv) recursos requeridos para que efectivamente lograr que cada alumno valga por igual teniendo en cuenta sus circunstancias, contextos, capacidades y motivaciones.
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¿Cómo conseguir que las medidas tomadas funcionen por igual en todo el territorio nacional en un país tan desigual como el Perú? Nos parece que uno de los desafíos mayores es congeniar un marco nacional educativo con capacidad efectiva de orientar, apoyar, dar seguimiento y evaluar, con flexibilidad institucional, curricular, pedagógica y docente para que cada comunidad esté empoderada y responsabilizada para sustanciar y lograr el vestido o traje a medida de cada localidad. Orientación nacional sólida y flexibilidad local con rendiciones de cuentas nacionales y locales van de la mano.
¿Cómo se relaciona la gobernanza y la normatividad con la innovación en la educación? ¿Pueden promoverla? Efectivamente la normativa y los modos de gobierno deben ser facilitadores de la innovación a todo nivel de un sistema educativo. Esto implica, entre otras cosas, tener la predisposición y la generosidad institucional en facilitar oportunidades para que se innove en aras de ambientar oportunidades y procesos para lograr aprendizajes efectivos, relevantes y sostenibles. La innovación se ha dinamizado durante la pandemia ya que los educadores trabajando colectivamente buscaron, implementaron y evidenciaron propuestas ingeniosas para responder a las necesidades de los alumnos y garantizar aprendizajes.
Teniendo en cuenta la inestabilidad política que viene atravesando el Perú y Latinoamérica en los últimos años, ¿cómo podemos hablar de políticas educativas de Estado que transciendan los gobiernos? La evidencia comparada internacional nos indica que los países que logran progresos más sostenibles en ampliar y democratizar las oportunidades educativas, son aquellos en que las políticas educativas son concebidas en perspectivas de largo aliento (por ejemplo en un período de 10 a 20 años) que superan lógicamente una administración de gobierno. Son más bien políticas de estado que de gobierno. Se asume el desafío de entender a la educación como política cultural, social, económica, ciudadana y comunitaria formando un todo entrelazado que requiere acumulación y tiempo para su decantación e impactos significativos.
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¿Qué experiencias de la región puede tomar el Perú para mejorar su sistema educativo? Nos parece que en educación no existe un país modelo ya que lo que importa es saber aprender y colaborar con diferentes países nutriéndose de políticas y prácticas que pueden ser tomadas como referencia. No se trata nunca de modelizar ni de imitar. La región tiene un reservorio rico de ideas, innovaciones, estrategias y prácticas que nos pueden servir de referencia como por ejemplo en relación a la integración de la educación primaria y media; la articulación de los contenidos educativos en función de las competencias que se espera desarrollar en los alumnos; la localización de la propuesta educativa en los territorios; o el uso combinado de diferentes tecnologías, mas tradicionales y mas modernas, como recursos pedagógicos y comunitarios como se ha comprobado durante la pandemia. Una visión de conjunto nos indica que el déficit de la región podría residir en la falta o debilidad de una visión sistémica, unitaria y robusta de transformación de la educación y de los sistemas educativos desde el nivel inicial en adelante, y bajo una perspectiva de formación a lo largo y ancho de toda la vida.