Un accidente con 18 muertos en Trujillo y un ambulante disparando como loco en Lima muestran a un Estado inútil, incapaz de resolver problemas. Y los problemas no se resuelven con burocracia, normas, ni coerción, ni fiscalizadores sancionando a la población.
“Yo soy yo y mis circunstancias”, dice el filósofo Ortega y Gasset. ¿Qué circunstancias empujaron al desquiciado vendedor de salchipapas que disparó contra un inspector municipal y otras personas? De esas “circunstancias” no se habla; solo de licencias, armas, niñez desventurada y sin oportunidades. Dice el doctor Elmer Huerta “que no hay perfil, ni patrón, solo signos” para ese comportamiento. Punto.
En Túnez, el ambulante Mohamed Bouazizi se prendió fuego porque un municipal le arrebató su mercadería. Se inmoló porque esa mercadería era toda su vida y esperanzas. ¿Es la misma humillación y desprecio que sintió el joven de las salchipapas? “Yo soy yo y mis circunstancias. Si no la salvo a ella no me salvo yo”. Ni Mohamed ni el ambulante de Lima salvaron sus circunstancias y mire como acabaron. Aquí no hay quién salve las circunstancias de los pobres.