Maestra brinda educación a cuatro alumnos de diferentes grados en el anexo de Ochuro en la provincia de Condesuyos
Maestra brinda educación a cuatro alumnos de diferentes grados en el anexo de Ochuro en la provincia de Condesuyos

(Correo Arequipa). Greys Marcapura Salhua es maestra, en lugar de quedarse en Arequipa junto a su esposo y sus dos hijos de 5 y 2 años, decidió quedarse en el anexo de Ochuro, distrito de Andaray, en la provincia de Condesuyos-, para continuar con la enseñanza presencial a sus cuatro alumnos de diferentes grados de primaria.

Convirtió un salón de la I.E. 40487 de Ochuro en su hogar, con el fin de mantener a su familia cerca y a la vez cumplir su labor de docente. Su hijo tendría que estudiar en Arequipa, pero lleva clases a distancia desde Ochuro.

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Cuando en marzo apareció la pandemia, la situación para Greys Marcapura se invirtió. Los alumnos dejaron de caminar horas para trasladarse hasta el colegio ubicado en la zona de La Escalerilla y es la maestra quien acude a las viviendas para ofrecerles clases personalizadas de forma interdiaria.

Profesora camina horas para llegar a las viviendas de sus alumnos

El lunes le toca caminar al menos 20 minutos a la vivienda de su alumno que cursa el tercer grado, el martes hace un viaje a pie de casi una hora hasta la zona más alejada, para enseñar a dos alumnas que cursan el quinto grado.

“Ya me acostumbré, llego a las viviendas antes de las 10 de la mañana, porque a esa hora ya se encuentran libres para aprender, más temprano aún ayudan a sus padres”, narra la profesora que tuvo que adaptarse a la realidad y necesidades de sus alumnos.

Dejó de usar su escritorio y la pizarra para acondicionarse en los hogares más humildes.

En esta zona rural no cuentan con el servicio de electricidad, tampoco con señal de TV, por lo que sus estudiantes no pueden acceder a los programas de Aprendo en Casa.

Cuando la repetidora de telefonía móvil se malogra, algunas veces debe subir a la montaña para descargar el material y acceder a internet.

Otro de sus estudiantes se encuentra fuera de Condesuyos, a él le enseña por teléfono.

La joven maestra dice estar tranquila con lo que hace, pero lamenta que sus estudiantes no tengan las mismas oportunidades de aprendizaje y que el Gobierno no haya priorizado su colegio para la distribución de tablets. Espera y confía en que después de toda esta experiencia, las cosas mejoren para los niños. Por ahora, su mayor pago es precisamente la sonrisa de los alumnos luego de una jornada.

Caminata. Lleva todo su material de enseñanza a donde va, llegando a diversos puntos de la provincia de Condesuyos.

30 son los maestros itinerantes que prefirieron quedarse en su zona de trabajo.