Tiene las manos ásperas por la dureza del trabajo, tose constantemente y su rostro cobrizo está casi oculto por el polvo blanco, pero a pesar del agobiante sol, con combo en mano logra hacer su mejor tajo en un enorme bloque de sillar. Se trata del cantero Claudio Larico Vera de 62 años de edad, quien desde los 12 es uno de los talladores en las canteras de Añashuayco.
Su semblante cansado y jadeante, recobra vitalidad cada vez que llega un turista a la Ruta del Sillar y siente emoción cuando la gente valora su admirable trabajo de moldeado que ejecuta con casi 300 artesanos con quienes ha logrado convertir el lugar en un destino turístico.
La ruta del sillar se inicia en el Mirador Turístico de Zamácola ubicado en el distrito de Cerro Colorado, y que hace tres años está abierto al público. Desde allí se puede apreciar la majestuosidad de los tres volcanes tutelares de Arequipa (Misti de 5822 metros sobre el nivel mar, Chachani de 6057 msnm y el Pichu Pichu de 5664 msnm) y apreciar una vista panorámica de la ciudad.
En ese observatorio natural, está la Santísima Cruz rodeada de imponentes esculturas trabajadas en sillar, como la de un león, una vizcacha, toros y además un zapatero, entre otras figuras esculpidas por artesanos del distrito de Cerro Colorado. Asimismo, hay una estructura que se asemeja al Misti, denominada la pirámide energética.
IMPONENTELa Petra arequipeña luce imponente, por ello algunos turistas no han dudado en denominarla así porque le encuentran algún parecido con esa maravillosa ciudad de Jordania y es que este lugar, que parece extraído de alguna película de aventuras, es una inspiradora hondonada natural que puede recorrerse fácilmente a pie.
Las Canteras de Añashuayco se han convertido en un circuito turístico por la tradición, historia y características singulares del sillar, uno de los símbolos de Arequipa y cuyo verdadero nombre es ignimbrita que significa lluvia de fuego, en clara referencia a su origen volcánico y poroso, fruto de erupciones violentas de hace 13 millones de años y otras de 2 millones de años y que corresponden al volcán Chachani.
El primer cantero fue el tallador don Pedro de Alcaraz quien descubrió las primeras canteras en Miraflores y Selva Alegre y posteriormente la de la quebrada de Añashuayco en el distrito de Cerro Colorado considerada la más importante y antigua aún vigente. El entorno natural de este sosegado y desértico lugar donde se extrae el sillar se ha transformado en un atractivo turístico, donde inclusive se muestra cultura viva, gracias a un proyecto diseñado y desarrollado por el Centro de Investigación, Educación y Desarrollo CIED Arequipa.
El trabajo difícil que realizan los canteros, hoy en día es apreciado por miles de turistas que llegan hasta ellos para conocerlos y escucharlos con mucha atención con el propósito de saber cómo es que logran sacar los bloques de los farallones y cómo moldean cada trozo de sillar. Buscan además tener la experiencia de apreciarlos labrando la piedra que luego serán transformada en hermosos diseños para deleite de los visitantes, es por eso que el Ministerio de Cultura los ha reconocido declarando los saberes, técnicas de extracción y labrado de sillar como patrimonio cultural de la Nación.
La cantera de Añashuayco se ubica a 25 minutos de la Plaza de Armas y resulta sumamente motivador recorrerla luego de admirar la arquitectura de los templos, monumentos, iglesias y casonas del centro histórico de Arequipa, construido con sillar y que por su peculiaridad ha sido declarado por la UNESCO como patrimonio Cultural de la Humanidad.
CON CINCELLas canteras de sillar tienen una longitud aproximada de 50 kilómetros, una altura de 180 metros y se ubican entre los distritos de Cerro Colorado, Yura y Uchumayo. La de Añashuayco es la más significativa de las 17 activas que existen en Arequipa, donde laboran medio millar de canteros. Los turistas pueden apreciar cómo se logra desprender voluminosos bloques del corazón de los farallones y que luego de manera artesanal con barreta, cincel y combo son transformados en pedruscos de 54 centímetros de largo, 30 de ancho y 18 de altura.
Para cortarlos antiguamente utilizaban guano de burro, ahora emplean plásticos de botellas descartables con los que consiguen cortes precisos. Cada sillar pesa aproximadamente 35 kilos y un bloque aproximadamente media tonelada. Con una tarea de 200 bloques se puede hacer una habitación y con cinco tareas se puede construir una casa. No es raro observar a los cortadores picchando coca y bebiendo chicha de jora ya que les da mucha fuerza y vigor.
Con sus valiosas manos han logrado hacer una réplica de la fachada de la Iglesia de la Compañía de Jesús, por ser el monumento más representativo de la escuela arequipeña.
La réplica está esculpida en la pared misma de la cantera en una sola pieza y hoy es el lugar predilecto de los turistas para perennizar con una foto su paso por la cantera, también están los escudos del Perú, de Arequipa y de Cerro Colorado. Igualmente, los laboriosos artesanos han tallado su propia representación en un alfarero y ahora trabajan arduamente para terminar unos toros de pelea que esperan tener listos a fines de octubre.
La Quebrada Culebrillas de la Ruta del Sillar, un tercer destino del lugar es la zona arqueológica monumental Quebrada de Culebrillas que se ubica a 15 minutos de la Cantera de Añashuayco, tiene 18 kilómetros de longitud y es una zona virgen no explotada de caminos sinuosos muy estrechos.
Es un sector árido, seco y de mucho calor, se desciende 30 metros desde la carretera, para luego avanzar aproximadamente 5 minutos en medio de un entorno fascinante.
Un cañón de sillar despierta la curiosidad de seguir avanzando con cuidado, ya que la caminata nos introduce unos mil metros y poco a poco uno va sintiendo la sensación de estar en medio del lecho imaginario de un rio extinto. Nos lleva hacia un paraje único en el Perú, donde el contraste de los rayos del sol que se asoman por el cañón, se mezclan con la piedra para darle unas variadas tonalidades llenas de misterio, con rocas de diversos colores, de modo que a medida que uno avanza encuentra piedras de color azul, café, negro, blanco, rosado y cobrizo.
Asimismo, se puede observar figuras marcadas por la erosión de las piedras y unos petroglifos (grabados) pre incas, también conocidas como arte rupestre, con figuras de animales, seres humanos, dioses, plantas y manos, así como representaciones de la interacción del hombre con criaturas del entorno.
Casi al finalizar el recorrido se aprecia un bosque de piedras muy pequeñas que han sido colocadas por los turistas como evidencia de haber llegado hasta Culebrillas. El costo de este tour oscila entre 25 a 50 soles y dura aproximadamente 4 horas. Debe adicionalmente pagarse 5 soles para ingresar a las canteras de Añashuayco.
Hay dos horarios para visitarlo 8 de la mañana y 2 de la tarde. Será necesario llevar sombrero, lentes de sol, bloqueador, repelente para mosquitos y zapatillas para poder soportar la ardua caminata, en la que el agua es también sumamente importante.
La ruta del Sillar no solo es una propuesta de aventura natural, sino y sobre todo una invitación a conocer la obra de los canteros, los verdaderos artífices del encanto de la Blanca Ciudad, ya que con su abnegado trabajo Arequipa se ha convertido en un lugar admirado y reconocido por quienes tienen la ventura de llegar hasta ella.