Santiago Roncagliolo: “Somos un país que la ha pasado mal con los cambios”
Santiago Roncagliolo: “Somos un país que la ha pasado mal con los cambios”

Su actividad camaleónica le ha permitido explorar varios géneros dentro de la literatura como los cuentos infantiles, el teatro y la novela así como el periodismo. Santiago Roncagliolo visitó Arequipa para presentar su última novela La noche de los alfileres, la cual narra la historia de cuatro adolescentes en un contexto de violencia debido al conflicto armado interno en nuestro país. Roncagliolo, siempre manteniendo la línea del thriller, nos atrae una historia donde el miedo aún sigue siendo el protagonista. Diario Correo conversó con él, sobre esta obra y también sobre su labor como escritor y periodista.

Lo que me lllama la atención de su libro es el título y lo relaciono con la película argentina La noche de los lápices ¿Por qué La noche de los alfileres? Claro, tiene que ver con eso, pero también con la noche de los cuchillos largos, con la noche de los cristales rotos, esas noches de cosas puntiagudas donde explota la tensión en un contexto político y en este caso empezando por la tensión de cuatro muchachos que viven en un mundo gris y un día deciden explotar también, pero ellos no llegan a cuchillos largos, solo a alfileres.

¿Cómo maneja su labor de periodista y escritor? A mí me gusta mucho hacer las dos cosas, las historias de la literatura están dentro de ti, dentro de tus bajas pasiones y el periodista está afuera, hay que contrastarlas, chequearlas. A mí me gusta hacer periodismo y creo que siempre lo haré, porque un escritor es un tipo que está encerrado en un cuarto y yo no quiero hacer eso, el periodismo me pone en contacto con el mundo real. La literatura me ayuda a escribir periodismo y el periodismo a escribir mejor literatura. En la literatura hay que escribir las cosas como si fueran reales y en el periodismo hay que ser tan fascinante como si lo que está pasando fuese irreal.

Hay varios problemas que se puede observar en el libro aparte de la violencia de Sendero Luminoso, como el machismo y la homofobia, ¿cómo hemos enfrentado esto? Muchas veces cuando vengo se me acercan chicos que me piden que les firme libros para su novio y lo mismo con las chicas. Eso no pasaba antes,era impensable contarle a un desconocido que eras homosexual, creo que es un cambio importante, pero con todo el cambio seguimos siendo los más conservadores del continente. Hay muchos países donde aprueban la unión de personas del mismo sexo, nosotros no, creo que somos un país que la ha pasado mal con los cambios bruscos, con las iniciativas de renovación. Lo que hay que hacer primero es converserlos de que no les va a pasar nada, por nuestro temperamento conservador nos cuesta, tampoco vamos a ir para atrás, tenemos que seguir adelante

En esta novela usted cataloga a los villanos como perdedores y psicópatas ¿los padres de estos muchachos también obedecen a esto? Creo que son muy perdedores, pero también tienen brotes psicópatas, creo que precisamente parte de lo que te hace ser malo es la frustración. Me gusta explorar por qué la gente es mala y creo que es la rabia, la impotencia. Todos estos padres se ven incapaces de controlar su mundo, de realizarse como seres humanos, entonces, ya que no pueden ser felices deciden hacer infelices a otros, incluso a sus hijos.

Sus personajes tienen la característica de ser impredecibles. Me importa mucho que no puedas soltar el libro, quiero hacer una literatura que no tengas que leer por obligación escolar, tal vez disfrutes leyéndome a mí, pero además en el camino me encanta mostrar cómo un perdedor se puede convertir en psicópata y dar a conocer cómo uno no siempre logra conocer por completo a una persona, esa es una de las cosas que nos da más miedo.

¿Cómo es escribir desde afuera o desde diferentes lugares? Por un lado es un poco complicado, nunca termino de encajar, hay mucha gente que piensa que soy muy liberal en Europa, pero muy comunista aquí, nunca terminas de formarte, de reproducir las señales de clase de las ciudades, pero para un escritor está bien, te hace más libre, no tienes que repetir el rollo que se espera, siempre tienes cierta distancia del mundo donde estás. Juegas un poco a ser Dios y Dios es un extranjero en todas partes.

¿Cómo evalúa el periodismo en Perú? Tengo la sensación, cuando trato de informarme sobre lo que ocurre en Perú, de que me es muy difícil separar la información porque cada medio da su opinión de manera escandalosa, porque hay muchas editoriales contando sus puntos de vista, pero nadie narra los hechos al desnudo.

Creo que necesitamos un periodismo más de hechos que nos permita pensar y menos de opiniones que nos adelanten lo que debemos pensar, pero eso deben pedir los lectores.