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Marlene Huamani de Chuquiray tiene 56 años y vive en Acarí. Perdió su casa en el sismo de 6,8 grados Richter, era de adobe, tenía a dos dormitorios y una sala comedor.

"Todo se dañó porque estamos en una zona sísmica, yo con mi esposo hemos pasado aquí cuatro terremotos, uno fue en 1996, otro en el 2001, el otro fue en Pisco (2007), pero se sintió fuerte aquí y este último que se registró el domingo 14 de enero, mi casa ya no resistió más”, dijo apenada mientras observaba sus cosas regadas en el patio de lo fue su casa.

Tuvo que refugiarse hasta el 19 en una carpa de playa cuidando lo que pudo rescatar del desastre; una cocina, muebles y otros enseres, los que ahora no entran en el módulo prefabricado que le entregó el Ministerio de Vivienda y Construcción que solo mide 3 X 6 metros. “Ahí solo puedo dormir, mis cosas no entran”, dijo la mujer.

DEMOLICIÓN. Si algo la consuela es el retiro de los escombros, porque así no verá la destrucción. Y es que, a pesar de la desgracia, tiene optimismo y quiere comenzar de nuevo, solo espera que Vivienda, a través de los programas, como Techo Propio, la ayuden para que pueda levantar un nuevo hogar, ahora de material noble.

Por el momento, llevará sus cosas al patio de su suegra, para poder acomodarse.

Como Marlene, otras 74 familias damnificadas en Acarí pasan por lo mismo. Todos confían en que la ayuda del ministerio les permita salir adelante. “Nos han dicho que el apoyo vendrá después para la vivienda, eso nos dijeron cuando hubo una reunión con la gobernadora Yamila Osorio, pero después vino el ministro Carlos Bruce. Yo no pude ir, solo pido que cumplan su promesa de ayuda", dijo.

Marlene cree que el apoyo debe ser para todos en Acarí que tiene viviendas de adobe, no solo para los que lo perdieron todo, pues en un nuevo sismo, los damnificados serían más. Recuerda que en el terremoto de 1996, el Banco de Materiales ayudó a algunos y construyeron casas seguras, el resto, sufre hoy un drama como hace años.

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