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La queja en todos los distritos fue la misma. El tránsito de camiones sobre la carretera no asfaltada Viscachani-Caylloma de una longitud aproximada de 120 kilómetros, está afectando seriamente la salud de alpacas, llamas y ovejas que son criadas en estas jurisdicciones.

Desde el distrito de Callali (Caylloma) se divisa en lo alto de los cerros una densa neblina bajo el sol. “No es neblina”, nos aclara una pobladora, “es la polvareda generada por los camiones que descienden de las minas de Caylloma (distrito) y Orcopampa”.

Ángel Gonzáles, vecino y ganadero de Callali, sostiene que hace dos años el tránsito de camiones por esta vía era de 270 unidades al día. Sin embargo, hoy esa cifra se habría duplicado. Por ello, casi durante las 24 horas, parece que este distrito estuviera en tinieblas.

“Nuestros animales se están enfermando… no sabemos si es porque los pastizales están con este polvo fino, y porque el polvillo posiblemente esté contaminado, ya que en estos carros se traslada material químico… exigimos la intervención de las autoridades”, refirió.

La situación es similar o peor en Sibayo. Las autoridades del distrito en su capital apostaron por el turismo vivencial, empero, el pueblo está cubierto por una fina capa de polvo producido por los vehículos de carga pesada en su trayecto. La población exige que la vía sea humedecida.

También el ganado sufre los estragos del tránsito en esta jurisdicción.

Convocatoria. Al respecto, el regidor por el distrito de Caylloma, Timoteo Ccalachua, ha invocado a las mineras a realizar el mantenimiento y regado de la vía desde Callali hasta Caylloma, porque estas empresas son las principales en utilizar la carretera.

El concejal fue más lejos e hizo una propuesta. “Yo estaría de acuerdo con que las mineras financien la construcción y asfaltado de esta vía, porque es una carretera de exclusividad para ellas”.

Correo, en su recorrido por el camino en cuestión, pudo reconocer el serio perjuicio que vienen sufriendo los ganaderos, puesto que los pastizales sí se encuentran cubiertos por el polvo.

Si bien en Pusa Pusa y otros anexos del distrito de Caylloma que serán inundados con las aguas de la represa Angostura, hay resignación sobre la pérdida de sus tierras, los efectos negativos del tránsito de camiones, no es indiferente por parte de la población.

“Las autoridades deben realizar el mantenimiento de la carretera… la polvareda es de todos los días y a cualquier hora”, manifestó Valentín Kio, poblador de Pusa Pusa, quien agregó que el perjuicio no solamente es para los animales, sino para la salud de las personas.

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