Respecto a las acusaciones en contra de algunos sacerdotes por presuntos abusos sexuales en contra de menores de edad, el Arzobispo Metropolitano de Ayacucho, Salvador Piñeiro García, manifestó que como todo delito debe ser investigado y sancionado por el Poder Judicial como instancia administradora de justicia en el país.
El monseñor precisó que la labor de los sacerdotes es cuidar de la vida y que la transgresión de los derechos por parte de algunos malos sacerdotes debe ser sancionado como dictaminan las leyes.
Asimismo indicó que cualquier persona que sea testigo o tenga pruebas de casos de abusos por parte de algún sacerdote debería denunciarlo primero ante el obispo, quien posteriormente está en la obligación de presentar la denuncia ante las instituciones administradoras de justicia a fin de que sea investigado, procesado y posteriormente sancionado de acuerdo a las normas vigentes.
Aunque sea doloroso porque es su hermano, el obispo está en la obligación de denunciar los casos de abusos que se detecten, refirió.
Agregó que estos casos son un pecado ante los ojos de la iglesia y recibe una sanción en el fuero eclesiástico con una penitencia y otros, pero que como delito debe ser perseguido por la autoridad civil.
Por otro lado, señaló que estos casos son mínimos y que por el error de algunos no puede juzgarse a toda la iglesia, pues los pocos casos generan una mala imagen de la institución eclesiástica.
Pidió tener en cuenta la labor que cumplen los miembros de la iglesia como es ayudar en los asilos con el cuidado de los adultos mayores, en los orfelinatos con los niños.
No podemos tratar a todos por igual por culpa de un pequeño grupo, no es justificar, pero en total somos más de 400 mil sacerdotes y sólo hay 200 casos judicializados, es decir, una minoría y por ello les pido no generalizar, finalizó.