En un trágico incidente, un grupo de individuos desconocidos ha causado la muerte del querido zorrito Run Run de Ayacucho en las inmediaciones de la urbanización 16 de abril, cerca del local de Senati en Huamanga. El cobarde delito tuvo lugar en las primeras horas de la madrugada de este viernes 13 de octubre, dejando consternados a los residentes de la zona.

MIRA: Alcaldes inician su marcha desde Ayacucho hacia la capital y llegarán en dos semanas

Los vecinos alertaron a las autoridades del lamentable hecho tras encontrar el cuerpo sin vida del pequeño Run Run de Ayacucho tendido sobre una vía concurrida.

Envenenaron al zorrito Run Run de Ayacucho

Los vecinos de Ayacucho están exigiendo justicia y han solicitado la revisión de las cámaras de seguridad de la Municipalidad para identificar rápidamente al responsable de este acto atroz. El zorrito Run Run era una mascota querida por la Asociación de Vivienda 16 de abril y su pérdida ha causado una gran conmoción en la comunidad.

“A este animalito lo han envenenado. Al igual como lo hicieron con un grupo de perros callejeros que solían estar en el parque o aledaños y las personas les daban comida [...] Nosotros estamos solicitando las cámaras de seguridad de la Municipalidad para que se identifique cuanto antes al asesino del zorrito Run Run porque nos ha causado mucha pena, era bastante querido por todo los ayacuchanos”, comento una de los vecinas a un medio local.

Vecino exigen justicia para zorrito Run Run

Los residentes se han mostrado indignados y apenados por la trágica muerte del zorrito, al que consideraban como un guardián del vecindario debido a su dócil naturaleza y su relación cercana con los habitantes.

“Son unos miserables, le dieron veneno al zorrito que era mascota de la Asociación de vivienda 16 de abril. Queremos que se investigue y que sancionen legalmente a los responsables. Todos los vecinos estamos indignados y de duelo, ya que es un ser vivo que merecía respeto. No debía terminar de esa manera. Nuestros hijos están muy apenados porque era bastante dócil, no mordía a absolutamente nadie y lo considerábamos como el guardián del barrio”, agregaron.