El oro verde en Santillana, es la inigualable palta
El oro verde en Santillana, es la inigualable palta

En las provincias de la región Ayacucho, las tierras han sido bendecidas con la producción de frutos exquisitos y que son para la exportación a otros mercados. En este caso, el distrito de Santillana en la provincia de Huanta vive una realidad diferente con miras a un mejor desarrollo con el denominado “Oro verde de Santillana”.

Es así como se le llama actualmente a la palta, particularmente en zonas conocidas como las partes bajas del distrito de Santillana, que es una zona considerada parte del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), y que fueron castigadas por la violencia y mostrada por todos los indicadores sociales, en extrema pobreza.

MINA DE PALTA. “Hemos encontrado una mina de oro verde” nos dice un campesino de Santillana. “Cada vez sale más palta y no sabemos cómo trasladarlo”, dice otro. Hace tan sólo cinco años, en toda esta zona, no había más que 10 o 20 hectáreas de producción de frutales. Actualmente, esa producción abarca aproximadamente 540 hectáreas. Por el tiempo que lleva instalada los nuevos árboles de palta, su producción se encuentra en el 20% más o menos. En los próximos tres años, se calcula que esas mismas instalaciones producirán entre 6 y 8 mil toneladas de palta fuerte. El propio cambio climático los favorece, porque cultivan algo más arriba de lo normal.

“Aquí en Huanta no queda nada. Todo va a Lima. En Huanta o en Huamanga, no pagan por esta calidad de palta”. El costo del kilo de palta en la misma chacra está en 4.50 el kilo. En Lima, ese costo será de 7 soles y, existen lugares en la que la producción orgánica de palta se cotiza en 16, 18 soles el kilo. De esta zona, la palta sale en agosto, setiembre, cuando la producción ha disminuido en la costa y otros lugares”, señalan los agricultores.

Líderes como Elíades Rivas, señalan que todo les cuesta. Todos llevan agua en tuberías, mangueras, que no tienen asistencia técnica, no llega agricultura y, lo que es peor, no tienen carreteras.

Las acémilas cuestan 15 soles y por el transporte se pierde casi el 10% de la producción. Todos demandan una carretera. Estos pueblos demandan inclusión social.

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