“Lejanía de pueblos facilita robos sacrílegos en templos”

En este tiempo de inseguridad, ni los templos religiosos se salvan. Este último domingo el templo de Huarcaya fue saqueado, quedando sin sus bienes de valor incalculable, debido a la falta de seguridad que existe en las comunidades.

A pesar que el hecho ya se encuentra en manos de las autoridades, desde la Dirección Regional de Cultura, han recomendado la reinstalación de los valiosos bienes en zonas seguras donde se expongan al público bajo la supervisión de los miembros el orden a fin de evitar más sustracciones.

“A fin de acompañar la denuncia penal se solicitó al párroco de Huancapi que envíe fotografías de lo robado a fin de evidenciar la existencia de los bienes, lo cual debe ser replicado en los demás templos religiosos de la región”, recomendó Mario Cueto, Director Regional de Cultura.

Asimismo, indicó que las condiciones que facilitan este tipo de robos son la lejanía de los pueblos, la falta de iluminación y la falta de puestos policiales cercanos, situaciones que los deja a merced de los delincuentes.

Entre los bienes más valiosos que se pueden hallar en los templos se encuentran coronas y crucifijos de oro y plata, además de cuadros valiosos de la época de colonial.

Recomendación. A fin de que se conserven, el director de cultura, recomendó a los responsables que elaboren réplicas exactas a fin de evitar que los templos sean blanco de la delincuencia.

“Los objetos perdidos tienen un valor incalculable, no sólo por el material, si no también por su significado ante los fieles católicos; por esa razón sería bueno exponerlos en museos seguros en lugar de que sigan en peligro de robo en los templos”, explicó.

Por otro lado, instó a los párrocos que hagan registros fotográficos, para que en su momento se corrobore la existencia de tales bienes.

Hay quienes atribuyen estos robos sacrílegos la despreocupación de las autoridades religiosas y culturales, que no destinan recursos económicos significativos que permitan la protección de los bienes.

Ejemplo de ello, es el templo San Cristóbal de Huamanga, que hace unos meses se quedó sin techo debido a la antigüedad y a la falta de mantenimiento.