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En la región ,tan solo en el último mes cinco menores han sido condenados por el Poder Judicial por estar involucrados en infracciones a la ley penal como tenencia ilegal de armas de fuego o robo agravado. Sin embargo, lo que más llama la atención en ellos (y los caracteriza) es que también se encuentran involucrados en asesinatos.

Las investigaciones policiales señalan que estos adolescentes fueron utilizados por las organizaciones criminales, a las que presuntamente pertenecían, para perpetrar los hechos de sangre aprovechando que las penas en su contra son menores en comparación a la de los adultos. Un de ellos, se infiere, comenzó a ser sicario desde que apenas tenía 13 años de edad.

“CUMPITA" Y "SHADOW". Los casos más claros y mediáticos de menores sicarios, sin duda, son los de los implicados en el asesinato del alcalde de Samanco, Francisco Ariza Espinoza, y el abogado chimbotano Henry Aldea Correa, hecho registrado en octubre de 2015. En este violento hecho de sangre participaron dos menores de 16 años. Ellos fueron “contratados” para acabar, especialmente, con la vida de la máxima autoridad del mencionado distrito.

Si bien fueron dos los adolescentes que participaron en el crimen, solo uno de ellos se encargó de ejecutar los disparos que dieron fin a la autoridad y su asesor legal. Se trata del menor conocido en el mundo del hampa como “Cumpita”.

En diciembre último, consciente de que la Policía ya le seguía los pasos, este adolescente del distrito de Coischo optó por entregarse a la justicia.

En sus primeras declaraciones a la Fiscalía, el menor reconoció haber sido la persona que apretó el gatillo del revólver que acabó con la vida del alcalde y su abogado. Sin embargo, aseguró que sus cómplices le dijeron que su víctima era un empresario y no una autoridad.

Sobre las razones que lo conllevaron a participar en este hecho de sangre, “Cumpita” le contó a las autoridades que tras pelear con su padre, escapó de su casa. Sin dinero para sobrevivir, dijo durante su manifestación, optó por aceptar la propuesta de sus conocidos: matar a cambio de algunos cientos de soles.

Gracias a las declaraciones de “Cumpita”, la Policía logró identificar plenamente al otro menor que participó en el doble asesinato.

El otro adolescente de 16 años es conocido como “Shadow”.

Igual que su cómplice, este menor del pueblo joven Dos de Junio, en Chimbote, decidió entregarse a la justicia antes de que el Poder Judicial ordenara su detención preliminar.

A inicios de este mes, “Shadow” se puso a derecho y también reconoció haber participado en el crimen del alcalde de Samanco.

Según el adolescente, su función fue acompañar a “Cumpita” por si presentaba alguna contrariedad. El día del crimen, se encargó de esperar en el vehículo con la puerta abierta mientras su compañero realizaba el “trabajo”.

El adolescente, quien solo estudió hasta el primer año de secundaria, contó a la Fiscalía que cuando sus cómplices le propusieron formar parte del ilícito, jamás le dijeron que iban a matar a una persona. Según él, el 20 de octubre de 2015 llegó hasta Nepeña (lugar del doble crimen) creyendo que iba a participar en un asalto.

“Shadow” le confesó a las autoridades que se vio obligado a aceptar el “trabajo” pues su enamorada estaba embarazada y no tenía dinero para el nacimiento de su primogénito y la crianza.

Al confesar su participación en el horrendo crimen, las autoridades judiciales condenaron en cuestión de días a los dos adolescentes.

El 30 de diciembre del 2015, el Tercer Juzgado de Familia de la Corte Superior de Justicia del Santa sentenció a ocho años de pena privativa de la libertad a “Cumpita”. En tanto, el 12 de enero del corriente, “Shadow” fue condenado a cinco años de prisión.

Ambos menores se encuentran recluido en un centro de recuperación de menores de Lima, sin embargo, cuando cumplan la mayoría de edad serán trasladados a un centro penitenciario.

“LOS SANGUINARIOS”. En noviembre del año pasado, la Policía montó un megaoperativo en el que se detuvo a más de 20 personas, presuntos integrantes de la banda “Los Sanguinarios de Santa y Coishco”.

En aquella oportunidad fue intervenido un menor de tan solo 15 años, conocido en el mundo del hampa como “Chupete”, quien -según las autoridades- habría sido utilizado por la referida organización criminal para perpetrar los hechos de sangre.

A su corta edad, este adolescente, quien al momento de su captura tenía un material explosivo, es sindicado de haber asesinado, al menos, a tres personas: George Reyes Palma, Adolfo Pascual Córdova y Matías Viera Ramírez. Los homicidios se perpetraron entre el 2014 y el 2015.

Según la versión policial, “Los Sanguinarios” habrían captado al menor desde los 13 años para ejecutar los crímenes por encargo o acabar con sus enemigos.

La semana pasada, el Tercer Juzgado de Familia de la Corte del Santa halló responsable a “Chupete” de las infracciones a la ley penal en los delitos de homicidio calificado, asociación ilícita para delinquir, extorsión y robo agravado, y lo condenó a ocho años de pena privativa de la libertad. Esta es la pena máxima que establece el Código del Niño y del Adolescente para delitos dolosos en menores de 14 a 16 años.

Este último mes también ha sido condenado otro menor vinculado a “Los Sanguinarios”. Se trata del adolescente de 17 años conocido como “Gringasho”.

Este menor fue intervenido en noviembre de 2015 en el distrito de Coishco y tenía en su poder un cartucho de dinamito. Además, se le ha involucrado en el asesinato de su amigo Charly Adrianzén Bedón, alias “Charly”, asesinado en marzo del año pasado.

Este adolescente es hermano menor de uno de los presuntos integrantes de la banda “Los Sanguinarios”, quien también utiliza el mismo apelativo y fue capturado tras la caída de la mencionada organización.

El Tercer Juzgado de Familia condenó a “Gringasho”, el menor de 17 años, a cuatro años de internamiento en un centro juvenil de Lima.

“Los malditos”. El último menor que ha sido condenado recientemente y es relacionado con actos de sicariato es “Maxin”, un adolescente de 17 años que fue intervenido por la Policía por tener en su poder un arma de fuego.

Las autoridades infieren que este menor formaría parte de la banda “Los Malditos de Santa Irene”, dedicada al sicariato.

“Maxin”, quien también presenta antecedentes por robo agravado, fue condenado por el Primer Juzgado de Familia a dos años y seis meses de pena privativa de la libertad.  

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