Dos víctimas eran primos y, según sus familiares, fueron alcanzados por las balas de manera circunstancial. Mientras que madre de joven asesinado pide justicia
Dos víctimas eran primos y, según sus familiares, fueron alcanzados por las balas de manera circunstancial. Mientras que madre de joven asesinado pide justicia

Un presunto ajuste de cuentas es el móvil que maneja la Policía respecto a la balacera registrada en una cevichería clandestina del distrito de, en la que perdieron la vida cuatro personas y otra resultó herida.

Hechos

Este violento hecho de sangre se registró el domingo último en el anexo de Casa Colorada, en la zona de acceso a Puerto Santa.

En este sector funciona una cevichería clandestina, conocida como “El Búnker”, oculta entre cultivos de arroz. Pese a las medidas sanitarias por el COVID-19, en el local se encontraban diversas personas comiendo y consumiendo bebidas alcohólicas.

Eran las siete de la noche cuando un sujeto ingresó por la parte posterior del local y, tras examinar el lugar, se aproximó a la mesa donde un grupo de personas se encontraban departiendo. El desconocido disparó a quemarropa contra los parroquianos y luego se dio a la fuga. Este fue el testimonio que brindó a la Policía la propietaria del establecimiento, Martina Valle Hernández.

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Según testigos, el sicario escapó en una motocicleta que lo esperaba a pocos metros de la cevichería clandestina.

Dos personas perdieron la vida de manera instantánea. Se trata de José Gutiérrez Lázaro (19) e Iván Gonzales Ramos (35), quienes quedaron tendidos en el piso, en medio de charcos de sangre, tras ser alcanzados por las balas. Otros tres parroquianos también resultaron heridos y fueron trasladados de emergencia al Hospital La Caleta de Chimbote; no obstante, dos de ellos llegaron sin vida. El médico de turno se limitó a confirmar la muerte de Luis Alberto Buiza Santos (44) y Ricardo Dante Santos Morales (48).

El único sobreviviente fue José Alexander Arteaga Romero (27), quien recibió un impacto de bala en la pierna derecha.

Víctimas

Luis Buiza y Ricardo Santos eran primos y se dedicaban a la pesca artesanal. Según sus familiares, ninguno de ellos tenía problemas con otras personas y su único error fue haber estado en el lugar y el momento equivocados.

De acuerdo a las primeras investigaciones, los parientes habrían aceptado compartir la mesa con las otras personas, quienes sí eran el objetivo del sicario.

Entre lágrimas, Otilia Lázaro pidió justicia para su hijo José Gutierrez. La progenitora indicó que el día del crimen su vástago salió de su casa con su amigo Iván Gonzales, a quien conocía como “Pelón”. No obstante, rechazó que su pariente haya tenido rencillas con otros sujetos y que trabajaba en la cosecha de camote.

“Él no tenía problemas. Salía a trabajar. Tranquilo era mi hijo. Él era soltero y solo deja a su madre sufriendo por el dolor de su partida. Quiero justicia y saber por qué le han hecho esto”, señaló la madre de familia.

La representante de la Fiscalía Mixta de Santa, Nancy Guadalupe Fabian, y agentes del Departamento de Investigación Criminal (Depincri) de la Policía vienen realizando las indagaciones con la finalidad de identificar a los responsables de este cuádruple crimen.

Por las características del hecho, una de las hipótesis que cobra fuerza es el ajuste de cuentas.

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