Chimbote: Dolor en medio del arenal (FOTOS)

Escrito por Paul Meza

Once de la mañana de un frío día de junio. A cien días de decretado el estado de emergencia en todo el Perú, una carroza fúnebre atraviesa el portón principal del cementerio de San Pedro. Por una puerta pequeña, dos familiares de don Aurelio, fallecido por coronavirus en el Hospital Regional Eleazar Guzmán Barrón ingresan cargando una cruz de madera.

Tras caminar en silencio a un costado de miles de tumbas excavadas en la arena, el hijo y el nieto del occiso llegan hasta la zona de entierros covid, una explanada de arena donde su ser querido reposará por siempre.

Ataviados con trajes de protección, mascarillas, guantes y botas, el personal a cargo del entierro traslada el blanco féretro hacia la tumba número 26. Hasta ese día, eran 104 las tumbas de concreto que eran ocupadas por víctimas de la pandemia.

Apesadumbrado y de rodillas, el hijo de don Aurelio observa en silencio el trabajo de los enterradores, que culmina con la colocación de losas de cemento y la cruz de madera que alcanzaron a confeccionar. 

“Creo que mi padre se contagió en algún mercado mientras hacía sus compras para abastecer su tienda”, nos comenta, para luego partir junto a su hijo.

El dolor y la desolación que embarga a los familiares de las víctimas que yacen en el San Pedro, contrasta con la vista de la bahía de Chimbote.