Dos jóvenes que decidieron colaborar con el censo realizado ayer tuvieron que experimentar una traumática experiencia tras ser asaltadas por delincuentes cuando realizaban el empadronamiento en el pueblo joven La Balanza, en Chimbote.

Poco después de haber iniciado esta loable labor, a las ocho de la mañana, las censadoras Marité Quiñones Loardo (22) y Patricia Pereda Martínez (30) fueron interceptadas por los maleantes, quienes las golpearon y arrojaron al suelo a fin de arrebatarles sus carteras y celulares.

Debido a las lesiones que sufrieron tras ser el blanco de la delincuencia, las empadronadoras fueron trasladadas hasta el hospital La Caleta. Posteriormente, presentaron la denuncia en la comisaría de Chimbote.

El personal policial montó un operativo para dar con el paradero de los delincuentes, pero hasta el cierre de esta edición no se había informado de alguna detención.

El jefe de la referida delegación policial, comandante PNP Víctor Olórtiga Reaño, informó que un delincuente conocido como Bola estaría detrás de este hecho delictivo.

Es lamentable que esta gente que está apoyando para el censo sea asaltada, expresó.

El oficial sostuvo que debido al poco personal resultó imposible colocar resguardo a cada uno de los censadores.

No obstante, se cuestionó que no se haya previsto designar mayor protección policial en las zonas consideradas de mayor incidencia delictiva de la ciudad, como lo es La Balanza.

INCIDENTES. De otro lado, el jefe provincial del Santa de los censos 2017, Pedro de la Cruz Pisfil, informó que en el sector de San Pedro también se presentó otro incidente. Allí una censadora casi fue agredida por una persona con aparentes problemas mentales.

La joven tocó la puerta y esta persona la empujó y quiso tirarle un puñete. También la cogió fuertemente de los brazos, declaró el responsable a Radio Santo Domingo.

Otro incidente se registró en el hospital Regional Eleazar Guzmán Barrón de Nuevo Chimbote, donde personal del INEI señaló que un interno de medicina se comportó de manera desafiante e iracunda con los empadronadores, quienes llegaron a censar al personal de salud y pacientes.

RECLAMOS. Algunos pobladores se quejaron debido a que no pudieron ser censados.

Por ejemplo, Flor Chávez Solano señaló que el empadronador que visitó su casa en el pueblo joven Dos de Junio no la censó a ella, su mamá e hijo aduciendo que no contaba con más cédulas.

En mi casa vivimos tres familias, pero cuando tocó el turno a la mía el censador nos dijo que ya no tenía más cédulas. Esto es increíble, tanto hemos esperado para que no nos incluyan en el censo, expresó la moradora.

CALLES VACÍAS. Las calles de la ciudad estuvieron vacías durante el desarrollo del censo debido a que los transportistas decidieron en su mayoría no trabajar. Solo algunos choferes de colectivos prestaron servicio, y las pistas eran ocupaban generalmente por vehículos de carga pesada.

Asimismo, los mercados y locales comerciales estuvieron cerrados. Solo atendieron algunas farmacias y bodegas.

Vale resaltar que la mayoría de ciudadanos esperó en sus viviendas hasta el momento en que llegaran a censarlos.