Reglamento frustra reconversión agraria
Reglamento frustra reconversión agraria

La oportunidad para convertir al agro en el sector productivo que genere desarrollo y no más subvenciones, se habría desperdiciado con el reglamento de la Ley de Reconversión Agraria.

Así lo advirtió el economista Yuri Vivar Miranda, al referirse al reglamento, aprobado a través del Decreto Supremo 019-2014 y publicado el 16 de octubre último. Vamos por partes.

la ley. El 6 de julio de 2011, en el gobierno aprista se publicó la Ley de Reconversión Productiva Agropecuaria.

La norma es la respuesta a una salida a la grave situación financiera del agricultor, quien por un lado era ayudado con la Ley del Programa de Reestructuración Financiera (Preda), pero que faltaba ser ayudado para que nuevamente puede ser un agente de producción.

Es una ley de 13 artículos y una disposición complementaria que en esencia genera la obligación a los tres niveles de gobierno (nacional, regional y local) para que implementen programas y proyectos de reconversión productiva.

Y para que eso debían destinar parte de sus presupuestos, por obligación.

“Para quienes ayudamos a que salga la ley, la propuesta era destinar un 20%”, acotó Yuri Vivar.

Un aspecto importante de la ley es hacer que los pequeños agricultores cambien sus cultivos tradicionales por aquellos rentables y con proyección a la exportación.

La intervención del Estado para la reconversión tenía que ser en cuatro componentes: inversión, tecnología, comercialización y evaluación.

Unidos todos ellos, explica Vivar, tendríamos a una municipalidad o gobierno regional ayudando a los agricultores, en el caso de del Valle del Santa, a sembrar espárragos, paltas y uvas.

“Además ejecutar proyectos de inversión para mejorar la infraestructura de acceso y de canales; pero sobre todo a construir fábricas agroindustriales para la producción de productos exportables”, indicó.

Estas fábricas bien podrían ser entregadas en concesión a productores asociados, indica Vivar.

La tecnología entregada debe ser de punta y acompañada de asistencia técnica.

Ello funciona si se asesora al productor tanto en la etapa de cultivo como producción. Además de un plan de comercialización que terminaría por ubicar mercados.

“La ley era perfecta para rescatar al sector agropecuario”, apunta Vivar.

EL REGLAMENTO. Justamente los detalles de esta norma que tenía el perfil coercitivo, se esperaban en el reglamento. Una de ellas era por ejemplo el porcentaje del presupuesto que debía destinar la entidad a proyectos de reconversión agraria.

Sin embargo, no encontraron nada de eso.

Desde el punto de vista del dirigente de la Asociación de Productores Prestatarios y Deudores del Sector Agrario del Santa, Julio Ballarte Arica, este reglamento a terminado convirtiendo una “buena ley en un programa más”. Y no le falta razón.

El reglamento de 24 artículos señala que desde el Ministerio de Agricultura se recibirá proyectos de reconversión agraria para que sean financiados por el Gobierno Nacional.

“No hay ninguna reconversión agraria en este reglamento, porque esperábamos que fije siquiera el 12% de los presupuestos de los gobiernos regionales a nuestro sector, pero nada”, comentó el productor.

El dirigente considera que se ha perdido una gran oportunidad y que ahora se caerá otra vez en el clientelaje político.

“Quieren que nuestros proyectos concursen, ya sabemos cómo se maneja eso, los que estén más cercanos al partido de gobierno ganará; eso nunca fue la intención de la ley”, lamentó.

¿Alguna salida? El dirigente dijo que este reglamento “desalienta mucho”.

“Si se han demorado casi dos años para sacar el reglamento, imagínese cuánto demorará en sacar otro reglamento”, dijo. En todo caso, esto debe ser materia de la atención de los gremios del sector agrario.

SITUACIÓN. Actualmente, al menos en el valle del Santa, los cultivos preferidos son el maíz, arroz y caña de azúcar, los cuales, según indica Yuri Vivar, no son rentables.

“Tienen márgenes de utilidades muy bajos, pero los pequeños agricultores no toman en cuenta la mano de obra, porque sus familias trabajan; si fuera así no ganarían nada, por ejemplo en el maíz son 2 mil soles por hectárea, cada 6 meses”, comentó.

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