La mañana del último tres de febrero, vecinos de la plaza Limacpampa Chico, ubicada a escasos minutos de la Plaza Mayor del Cusco, dieron cuenta a las autoridades sobre el hallazgo de un cuerpo al costado de una banqueta, el cadáver presentaba brutales signos de maltrato.

Primero se tejió la hipótesis de un asalto, pero luego, gracias a las cámaras de vigilancia de particulares, se pudo ver cómo la víctima, el ciudadano limeño de 26 años: Carlos Alberto Herrera Veramendi, fue salvajemente golpeado por el cusqueño Luiggi Arthur Peralta Mora, también de 26 años, quien lo abandonó en la citada plaza tras haberle dado una paliza.

Una vez capturado el imputado confesó el crimen, y este miércoles 22 de febrero fue dictaminado a nueve meses de prisión preventiva por la juez, Ingrid Farfán, del Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Cusco y Paruro.

La magistrada explicó que se resolvía fundado el pedido del Ministerio Público debido a que existe peligro de fuga por parte del acusado, además de tener en consideración la peligrosidad del mismo y la pena a esperarse, que sería de carácter grave.

“PENSÉ QUE ERA UN DEMONIO”

En su alegato, el acusado por homicidio calificado, no halló mejor manera para explicar su errático accionar, que señalando que al momento del crimen, este pensaba que su víctima era un ‘demonio’ y que por ello lo atacó.

“Quiero pedir disculpas, estoy muy arrepentido de lo que ha pasado. No me acuerdo nada por la ingesta de alcohol y algunas sustancias, en ese momento pensaba que esa persona era una entidad oscura o un demonio. A esas horas altas de la noche pensé que era un poseído, que no era un ser de aquí”, señaló textualmente.

Cusco

En las grabaciones del día del crimen, se ve cómo alias ‘Qosqoruna’ persigue a Carlos Alberto y emprende a patadas hasta llevarlo al piso, luego la víctima busca huir y continúa recibiendo golpes por la espalda hasta que ambos llegan a una plaza donde el imputado continúa pateando a su víctima hasta hacerla caer al piso, finalmente, al ver que no se movía, le tiró un tacho de basura en el rostro y se fue.

La Policía señaló que el acusado se desempeñaba como un operador turístico informal, según vídeos y fotografías de sus redes sociales, Luiggi Peralta fungía de chamán, cantante, judoka y hasta devoto del Señor de Qoylluritty. Cercanos a él han señalado haber sido víctimas de violencia física. El caso se halla en plena investigación.


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