Al promediar las 22:00 horas del último domingo se confirmó la muerte por impacto de bala del comunero Quintino Cereceda Huiza (42) que destrozó parte de la cavidad craneal tras la necropsia efectuada por médicos legistas en la morgue del hospital de Tambobamba, en Apurímac.
De esta manera, se puso fin a cerca de 48 horas de incertidumbre sobre la causa que originó el deceso del poblador tras los enfrentamientos con la Policía ocurridos en la comunidad campesina de Choquecca, el viernes último en medio del conflicto minero por Las Bambas.
Aunque hasta el momento no se conoce el calibre de la bala que acabó con la vida del comunero, los resultados finales serán determinantes para fijar el rumbo de las investigaciones.
Para lograr este cometido tuvieron que desplazarse los fiscales Frank Loayza Carrasco y Eufrasio Félix Murillo Grandes, ambos de la Fiscalía Penal Provincial Corporativa de Abancay y acompañados por especialistas de la PNP hasta el lugar del incidente.
A raíz del hecho, dirigentes y familiares del campesino fallecido evitaron que otras personas e inclusos fiscales de la provincia de Cotabambas realicen las diligencias porque desconfiaban de su intervención.
Al termino de las diligencias que tardaron alrededor de cinco horas se procedió al traslado de sus restos, siempre seguido por una larga fila de camiones y vehículos llevando a bordo dirigentes y comuneros que estaban atentos a los resultados de los exámenes forenses.
Mientras tanto el conflicto minero por Las Bambas continúa latente y no se descartan movilizaciones por parte de los pobladores del sector.
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