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La Defensoría del Pueblo supervisó de manera inopinada diez comisarías de la región y encontró serias falencias que deben ser superadas de manera inmediata.
Entre las principales falencias está la carencia de ambientes diferenciados para la permanencia de menores infractores, o para varones y mujeres.
Las comisarias supervisadas de forma presencial fueron las de los distritos de Pazos, Izcuchaca, Acobambilla, Angaraes y Ccochaccasa; mientras que las dependencias policiales de Mayocc, Castrovirreyna, Huaytará, Córdova y Tantará, recibieron supervisión remota.
FALENCIAS. Una de las falencias corroboradas, fue que ni una de las dependencias visitadas tiene ambientes diferenciados para la permanencia de menores infractores, en los casos de las dependencias de Lircay, Pazos e Izcuchaca, cuentan con solo una celda, evidenciando con ello que no tienen espacios diferenciados para la detención de varones y mujeres.
Los comisionados defensoriales también comprobaron que las comisarías de Castrovirreyna, Córdova, Huaytará y Mayocc, no tienen personal con dominio de lenguas como el quechua, situación que no ayuda al acceso de la justicia, ya que gran parte de la población es quechuahablante.
Ni una de las dependencias visitadas cuenta con buzones de sugerencias donde la ciudadanía pueda manifestar sus aportes para mejorar la atención, solo tienen el Libro de Reclamaciones.
Las comisarías de Acobambilla e Izcuchaca usan las celdas como despensa, fin distinto para el que estos ambientes fueron creados.
La dependencia de Acobambilla no tiene ningún vehículo asignado y en Lircay su única patrulla está inoperativa.
El jefe de la Oficina Defensorial Huancavelica, Roly Bazán Zelada, exhortó a las competentes, subsanar las observaciones encontradas, a fin de mejorar el servicio a la población, también destacó algunos aspectos positivos hallados en la supervisión.
“Quiero resaltar el trabajo que viene realizando la comisaría de Pazos, que de todas las dependencias policiales supervisadas es la que cuenta con ambientes más limpios y ordenados, además del trato amable de su personal, comportamiento que hace suponer que también practican este trato con los recurrentes, lo que es destacable”, consideró el jefe defensorial.
