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Una casa construida de material rústico teja, paja y barro, quedó convertida en un caserón, luego que extraños prendieran fuego a los matorrales que colindan con la humilde casita. Paulina Morales Fabián (75), salvó de morir quedada, porque se quedó a dormir en la casa de su vecina. El hecho ocurrió en el barrio Santa Ana del distrito de Huertas en Jauja, a las 06:00 horas.

Cuando Paulina se despertó, encontró su vivienda quemándose, sus vecinos con baldes de agua y tierra trataron se sofocar las llamas, pero no fue suficiente, recién con la ayuda de la compañía de bomberos de Jauja, después de dos horas, se pudo apagar las llamas que devoraron todos los enseres de valor.

El almacén de reciclaje de botellas de plástico, cartones y latas también quedó convertido en cenizas.

Al momento que ocurrieron los hechos, la anciana se encontraba en la casa de su vecina donde dice descansó como presagiando que algo malo iba a ocurrir.

Los moradores refieren que el siniestro se habría originado, por la quema de unos matorrales cerca de la vivienda afectada. Las investigaciones están a cargo de la comisaría de Jauja.

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