"Cuando estamos estáticos empezamos a tener desequilibrios"
"Cuando estamos estáticos empezamos a tener desequilibrios"

Si uno escucha el término Osteopatía es fácil relacionarlo al tema de los huesos. Pero en realidad es un campo que abarca todo el cuerpo.

Exactamente. Es como si fuera un todo. La salud va a depender en gran medida de la buena relación que existe entre todas las partes del cuerpo y todos los sistemas. La Osteopatía lo ve desde ese punto de vista. Lo que evaluamos son los trastornos o problemas mecánicos que pueda tener el cuerpo. Eso yo les digo a los pacientes. La OMS considera a la Osteopatía dentro de la medicina alternativa o medicina complementaria porque es un tratamiento netamente manual. No usamos máquinas, no usamos nada. Usamos solamente nuestras manos. Para hacer un tratamiento manual de ese tipo nosotros tenemos que estudiar casi 7 años. Yo estudié 5 años de fisioterapia en la universidad de San Marcos, estudié 5 años como otra carrera la Osteopatía y aparte hice dos años de post grado. Fueron 7 años estudiando Osteopatía. ¿Y por qué todo ese tiempo? Para que tus manos se vuelvan sabias y poder sentir y detectar muchas cosas en el cuerpo del paciente. El trabajo osteopático busca los problemas mecánicos que existen en el cuerpo humano, por eso es que nuestra base es la biomecánica que es el estudio y análisis del movimiento del cuerpo. Cuando nosotros evaluamos el cuerpo, detectamos qué estructuras se están moviendo bien y qué estructuras se están moviendo mal. Si para nosotros esas estructuras del cuerpo que no se están moviendo de manera equilibrada, armónica o coordinada, buscamos devolverle la movilidad natural para restaurar su función, para que la función para la cual ha sido creada esa estructura vuelva a recuperarse. Ese trabajo se hace mediante un diagnóstico. Los pacientes, cuando llegan y los trato, me dicen: “Usted es la terapeuta número 8 que me va a ver. He ido a tantos centros de terapia y a tantos lugares”. Entonces yo le digo: “Esperemos que sea la última. Mucha fe. Usted confíe en lo que vamos a hacer”. Y los evalúo. Y cuando logramos mejorar sus lesiones en dos o tres sesiones se sorprenden. Lo único que he hecho es reequilibrar sus estructuras y es el propio organismo que hace su proceso de autocuración. Nosotros somos como un punto de apoyo para el paciente. Lo ayudamos a liberar esas tenciones que lo tienen cargado y no le dejan desenvolverse armónicamente y dejamos que el propio organismo se manifieste mediante su propio proceso de curación. Eso también está ligado a que el paciente siga las indicaciones: una buena nutrición, que descanse, que haga ciertos ejercicios de estiramiento, de fortalecimiento, que siga todas las indicaciones que uno como terapeuta le pueda dar. Si el paciente es disciplinado, ordenado y cumple al pie de la letra todas indicaciones, mejora. Y mejora rápido. El osteópata lo que va a determinar es un diagnóstico osteopático y eso lo hacemos mediante la historia del paciente. Para mi es muy importante sentarme y escucharlo, que me cuente cómo es su dolor, desde cuándo empezó su dolor y si hubo un proceso traumático antes del evento o si hubo un proceso emocional antes de ese evento. Hay dolores que no son músculo-esquelético o no son neuromusculares. Hay dolores que son somato-emocionales, que es la parte emocional que está influenciando en el cuerpo del paciente. Entonces, cuando hago evaluaciones y determino que la parte emocional es mucho más fuerte que la parte músculo-esquelética, yo le digo al paciente: “Yo lo puedo ayudar en un 50%. Pero necesito que usted vea a un especialista que le ayude a trabajar toda esa carga emocional porque si usted no trabaja esa carga emocional, por más terapias que se haga, donde se haga, no va a mejorar como debe ser”. (…) Esto yo lo aprendí cuando hice mis estudios de Osteopatía. Yo tuve profesores de Europa: franceses, españoles. Y ellos nos hablaban mucho de la carga emocional en el paciente. Y hablaban de la medicina del doctor Hamer que es una medicina biológica que existe en Alemania. Este médico evaluó y relacionó el cerebro con un órgano específico de tu cuerpo y con una emoción. Bajo eso, él sacó, por ejemplo, qué emoción está relacionada con problemas renales, del estómago, del corazón, de los pulmones.

¿Cuánto influye, en este tipo de enfermedades, la vida sedentaria que algunos llevan?

Yo, por ejemplo, a todos mis pacientes les digo que hagan ejercicio. Es necesario movernos. Nuestro cuerpo no está preparado para la estática. Por ejemplo, a mis pacientes que trabajan todo el día sentados les digo que cada media hora se paren y se muevan. Los niños de igual forma. No pueden estar sentados con el celular o la laptop, tienen que sacarlos a jugar al parque. Nuestro cuerpo está preparado para el movimiento. Cuando estamos estáticos empezamos a tener desequilibrios que se convierten en alteraciones. O también se pueden convertir en dolores. Y ahí empieza una cadena: me duele el cuello, no importa, sigo tipeando. Y sigo, sigo, pasa una, dos semanas y a la cuarta no te puedes levantar de tu cama porque te dio un tortícolis porque lo dejaste pasar y llegó un momento en que tu cuerpo no pudo más. El desequilibrio le ganó a tu cuerpo, a tu sistema, a todo.

La osteopatía entre otras cosas sostiene que el cuerpo tiene un sistema de autorregulación y autocuración. ¿Cómo se dan estos fenómenos?

Nosotros tenemos muchos sistemas en nuestro organismo. La Osteopatía trabaja en base a una filosofía y principios. Por ejemplo, un principio es que el ser humano es una unidad dinámica funcional. A qué nos referimos con eso, a que la salud va a estar influenciada por el cuerpo, la mente y nuestro espíritu. También que nuestro organismo, por ejemplo, va a estar conformado por una estructura y esta estructura cumple una función determinada y esta función va a estar interrelacionada. Si la estructura está bien la función va a ser la adecuada pero si la estructura anatómica o fisiológica no se encuentra en buen estado automáticamente la función se pierde. Nosotros tenemos que buscar equilibrar eso. El otro principio es sobre la circulación. La irrigación de nuestro cuerpo. Tenemos sistemas que se encargan de limpiar los desechos como el sistema linfático, el sistema venoso y el sistema de irrigación que viene a ser el sistema que lleva la sangre oxigenada a todo nuestro cuerpo. Nosotros le denominamos la ley de la arteria. Si nosotros regulamos nuestros sistemas, estos van a trabajar de manera coordinada. Hay un sistema importante que es el sistema neurovegetativo, se divide a su vez en un sistema simpático y parasimpático. Es un sistema profundo que se encuentra en el cráneo y en toda la columna vertebral que autorregula el trabajo de todo los sistemas del cuerpo. Nosotros, al influenciar en ese sistema, automáticamente vamos a provocar que trabaje para que el cuerpo haga todo el trabajo de autorregulación y autocuración que necesita. Pero eso es siempre y cuando tú evalúes bien y determines cuáles son las estructuras que deben de ser tratadas y si el paciente es un paciente a quien se tiene que activar el sistema simpático o quizá desactivarlo. Igual con el sistema parasimpático. Como te digo, es un sistema neurovegetativo de autorregulación. Para eso tenemos que saber mucha anatomía, fisiología, biomecánica. No es tocar por tocar al paciente. No es hacer solo un masaje, un punto de presión o mover tal hueso o tal estructura, no. Hay que saber exactamente dónde tienes que mover para buscar una respuesta. Y generalmente el paciente sale bastante bien. Pero yo les digo, claro ahora se siente bien, pero puede ser que ese mecanismo de autorregulación, al día siguiente, provoque que te duela más. O de repente provoque lo que me decía un paciente: “Johana, no dejo de sudar”. Es una forma de autorregulación. Otros pacientes me dicen que están con fiebre, otros con el estómago flojo. Cada persona tiene su propio mecanismo de autorregulación. Otros que me dicen no les pasó absolutamente nada. Otros que están todo el tiempo alegres pero que ahora se sienten tristes. Quizá haya estado muy disparada respecto a la parte emocional y su sistema le está diciendo, oye bájate un poco. Es una forma de autorregular.

En los atletas, ¿hay una edad hasta la que se puede corregir determinadas posturas o deformaciones?

No. Yo tengo pacientes que me dice: “Vengo porque tengo una escoliosis y quiero que me la arregle” o deportistas que dicen lo mismo. Yo les digo a los pacientes: cuando uno es adulto, ya tu estructura física está formada desde el punto de vista óseo. Y si la alteración es ósea, ya está formada y no la vas a cambiar, mucho más si genéticamente naciste con eso o la tienes desde pequeño. Pero lo que sí se puede cambiar son las estructuras blandas que están alrededor de esa estructura ósea. Cambiar la elasticidad, flexibilidad de los músculos, de todo el sistema facial que es el sistema conjuntivo que está por debajo de la piel que cubre todas las capas del músculo. Eso se puede mejorar. Muchas veces cuando tú mejoras eso, la postura cambia, mejora. Eso es lo que ganamos con una persona adulta. No hay edad. Podemos ayudar a mejorar esa capacidad vital que tiene el cuerpo de flexibilizar tu estructura pero todo eso está relacionado con que el paciente tenga una buena nutrición, un buen acondicionamiento físico. Ahora, mientras más joven eres es mucho mejor. Mientras más edad tienes, más tiempo te va a tomar. Claro, hay alteraciones netamente genéticas. Por ejemplo una pierna corta anatómica. Eso no vas a cambiar. Pero si el paciente tiene la pierna corta por un desequilibrio de los músculos de la cadera lo puede mejorar. Con eso le ayudas a liberar todas las tenciones de las carreras y el paciente mejora su postura, corre mejor, ya la cadera no se va para un lado, no le duele la rodilla, ya no cojea tanto.

¿Cómo es el trabajo que desarrolla con Gladys Tejeda?

Con Gladys hicimos un diagnóstico. Ella es una atleta elite. Tiene todo un séquito de personas que están detrás para que siga siendo elite en su trabajo, porque es un trabajo. Ellos no son como los atletas amateurs que entrenamos una vez al día y tenemos un objetivo, correr un maratón, por ejemplo. De ella su objetivo es ganar el maratón y entrena mañana y tarde. Tres horas de entrenamiento en la mañana, tres de entrenamiento en la tarde. Entonces, su cuerpo va a necesitar diferentes componentes fisiológicos: músculos, huesos, sistema arteriovenoso, vísceras, nervios, etc. Esto con el tiempo va a generar que el cuerpo tenga alteraciones biomecánicas, alteraciones de movilidad dentro del organismo. Pueden provocarse desequilibrios y esos desequilibrios, si no son tratados en el tiempo, se van a convertir en lesiones. Los deportistas como ella van a necesitar las capacidades de su cuerpo al máximo y de una manera repetitiva porque el entrenamiento es fuerte y diario. Esa sobresolicitación a nivel del músculo, a nivel de la articulación va a generar en un principio disfunciones cinéticas. Nosotros le denominamos disfunciones al hecho de que esa estructura no funciona de manera adecuada. Si hablamos de una articulación, de un músculo, hablamos de disfunciones cinéticas: pérdida de movilidad en algunas articulaciones. Y también en un momento va a provocar dolores, esos desequilibrios o esas disfunciones cinéticas con el tiempo se van a transformar en traumatismo como tendinitis, bursitis, esguince, desgarros, etc, y lo que tenemos a que hacer es corregirlos a tiempo. Ellos tienen su fisioterapeuta, y con ellos trabajan las descargas musculares, por ejemplo. El hecho de trabajar toda la musculatura, relajarla mínimo dos veces por semana. Porque también las descargas no pueden hacerse constantemente pues el objetivo no es bajarle el tono muscular sino relajar al músculo.

El duro entrenamiento que tiene ¿interrumpe su tratamiento?

Cada persona es totalmente diferente, entonces cada persona tiene sus propios desequilibrios, sus propias adaptaciones y compensaciones. Ella ahora está recibiendo un tratamiento para evitar esos desequilibrios se conviertan en adaptaciones y compensaciones. Ella ahora puede llevar con tranquilidad su vida deportiva porque de alguna manera estamos ayudándola a que esos desequilibrios no le provoquen lesiones. Si ella siente que haciendo determinada actividad el cuerpo le dice esto me está molestando mucho, hay que ver la menera de cómo adaptarlo y cambiarlo para eviatr que se lesionen. Pero este trabajo que hacemos también le ayuda a prevenir. No es solo la terapia osteopática o la fisioterapia también tiene que ver su nutrición, los descansos que debe de tener, entre entrenamiento y entrenamiento, tiene que ver la parte emocional, de cómo está el deportista en casa, cómo se desemvuelve con sus compañeros en el entrenamiento. Es un todo. Pero ella puede llevar tranquilamente su entrenamiento con el tratamiento que vamos haciendo.

En Junín hay una gran cantidad de atletas: ¿cuál es la recomendación para los atletas que van iniciando?

Yo soy de la idea de que todo lugar en que haya entrenamiento de running debería contar con un fisioterapeuta y un licenciado en educación física. El licenciado en fisioterapia es para evaluar la postura de la persona y ver que no tenga alteraciones posturales, que no le permitan desarrollar al 100% el deporte. Y lo otro sería una evalución físico-funcional pero ya no desde el punto de vista médico sino desde el punto de vista del área deportiva. Y eso lo tendría que hacer un licenciado en educación física, para evaluar cómo están mis patrones de fuerza, de resistencia, mi equilibrio, coordinación, mi técnica. Y a eso también yo incluiría nutrición. Porque la fuerza, la resistencia tienen que ver con nutrición. Cómo se está alimentando. Y si empiezas esta vida de actividad deportiva, qué alimentos tienes que comer pre entrenamiento y posentrenamiento. Qué alimentos en la mañana, a media tarde, en el almuerzo y cena. Va de la mano, la fisioterapia, la educación física y nutrición. Esas tres áreas son muy importantes.

Los entrenadores sostienen que el atleta debería olvidarse del dolor porque es parte del deporte y el esfuerzo que se necesita. ¿Eso es bueno o malo para el cuerpo?

A esas tres cosas que te dije habría que agregarle psicología. Es muy importante para saber cómo está su condición emocional. A mi, por ejemplo, mi entrenador me dice eso. Él nos dice que todos vamos a sufrir lesiones, es parte de tu entrenamiento, pero son microlesiones, no pueden ser macro lesiones. Puede llegar un momento en que puedes sentir que tu cuerpo ya te está advirtiendo pero tú le sigues dando, y sigues. Pero si tu desde le primer momento tienes una advertencia y llegaste a terminar el entrenamiento porque te tocaba terminarlo tienes que ir a evaluarte. Pero si te duele, dices que no importa, y sigues entrenando llega un momento en que tu cuerpo explota y se convierte en lesión. No está mal lo que el entrenador dice, está mal que tu no seas responsable con tu cuerpo. 

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