Cuerpos de policias abatidos en emboscada tenían más de 100 proyectiles
Cuerpos de policias abatidos en emboscada tenían más de 100 proyectiles

Decenas de casquillos de armas de largo alcance (fusiles G3 HK de alta precisión) que impactaron en los dos patrulleros y que estaban regados en la carretera Tucuccasa – Huachuapampa en Huancavelica, eran evidencia del feroz ataque. Cada uno de los cuerpos de los tres policías de carreteras tenían de siete a más impactos de bala, es decir los acribillaron sin piedad.

En el cerro, donde los sediciosos esperaron agazapados, se encontraron tres trincheras desde donde dispararon.

El primer blanco de los francotiradores fueron los neumáticos de los dos patrulleros, luego los efectivos que estaban al volante, el SO1 PNP Carlos Fernández Muñoz (32) y el S1 PNP Ciro Ibarra Inga (32) quien iba como copiloto, cayeron abatidos al costado del patrullero EPF-321, mientras que el S02 Dennis Mendoza Condori (28 ), quien también laboró en el Gopar que estaba al volante de la otra unidad policial, herido, pudo correr unos 500 metros e hizo disparos por lo que los atacantes sin clemencia le descerrajaron al menos 10 balazos.

Luego del salvaje ataque perpetrado a las 18:00 horas del miércoles, los atacantes, se apoderaron de cuatro fusiles y tres pistolas, para escapar con rumbo desconocido.

CRUELES. La venganza fue ejecutada. El blanco: los efectivos de la Policía de Carreteras de Churcampa que el 23 de agosto confiscaron una tonelada de acetona escondida en sacos de afrecho de trigo.

Ese día en la vía Pampas - Churcampa, anexo de Carpatata (cruce de Colcabamba a Cobriza), los custodios detuvieron a tres sujetos que llevaban el insumo para droga en dos vehículos.

Los detenidos confesaron que un sujeto conocido como “Noyer” quien se dio a la fuga, les pagó 2,500 soles para llevar la carga de acetona de Villa El Salvador (Lima) a Huancavelica.

Tras la captura, “Noyer”, junto con una banda de traficantes, había prometido cobrar venganza y lo cumplió. Ayer, cuando los familiares desesperados llegaron a la zona de la emboscada, vieron que sus seres queridos estaban casi destrozados por el ataque, tenían perforaciones en todo el cuerpo, y dos de ellos estaban desfigurados.

Cada uno de los patrulleros tenía casi 50 impactos de bala. Apenas se conoció de la embestida, se supo que los agentes estaban replegándose cuando los emboscaron. Al principio se creía que en cada patrullero iban dos agentes, por ello se informó de la muerte de cuatro policías. Sin embargo luego se dijo que el SO3 Eleazar Vila Rojas había pedido permiso para trasladarse a Huancayo y se salvó de morir.

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