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“Como quisiera, ay, que tú vivieras, que tus ojitos jamás se hubieran cerrado nunca y estar mirándonlos”, es la canción que se escuchaba al ingresar al Cementerio General de Huancayo. Un tema que causó que los hijos que visitaban a sus madres difuntas estuvieran llorando en silencio, al celebrase ayer el Día de la Madre.

MEMORIAS. Con un ramo de rosas blancas y rojas, Juan Buendía Suazo (76) llegó a unos de los pabellones del cementerio para visitar a su difunta madre Eulogia Suazo Ávila, y también a su finada esposa Astrid Urbina Monje. “Levó 26 años visitando este lugar en el Día de la Madre”, dijo. Minutos después no pudo contener sus lágrimas, al recordar las vivencias a lado de su mamá. Él mantendrá en su memoria a la mujer que será siempre, su ejemplo a seguir. Y que lastimosamente tuvo que partir a los 70 años de edad en el año 1991. Y hace unos meses atrás, también falleció su esposa, madre de sus dos hijos. “Uno tiene que valorar a las mujeres de su vida en vida. Para que luego no estén lamentándose, cuando ya hayan partido”, añadió Juan Buendía.

A unos metros de él, encontramos a Ever Huamán Cotero, quien junto a un pequeño rezaban frente al nicho de su madre Florentina Cotera Rodríguez.

Ever lloraba, más aún cuando de fondo se escuchaba “todos tienen una madre, ninguna como la mía...”, aún se siente el pesar de las personas que visitan el cementerio. Hace 4 años que el visita a su madre, en esta fecha especial. “Es la persona más importante en mi vida”, precisó. Agregó que la recordará como la mujer que le enseño disciplina y responsabilidad. “Madre solo hay una, madre es madre. Los hijos tienen que valorar el sacrificio de sus progenitoras”, señaló Ever.

Son dos historias, de un común denominador, decenas de hijos visitaron sus madres, también viudos, entre otras semblanzas.

Los que también aprovecharon el Día de la Madre, fueron los músicos que al son de la guitarra y cajón, entonaban los temas emblemáticos.

Arreglos florales, globos, tarjetas no podían faltan en una ocasión especial, cada objeto decoraba un nicho.

Sin embargo, pese a que muchas de las tumbas lucen con una serie de ofrendas, muchas otras se encuentran llenas de polvo y sin una sola flor que las decore.

COMERCIO. En exteriores de los cementerios, los comerciantes ofrecían diversos platos típicos, así como bebidas de la región.

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