Con una gran mayoría de 93 votos, el Congreso de la República ha dado luz verde hacia la bicameralidad y la reelección parlamentaria. Esta reforma constitucional, sujeta a ratificación en la próxima legislatura, reestructurará el panorama político de cara a las elecciones generales del 2026.
Este cambio necesario permitirá mejorar la calidad parlamentaria. La revisión de proyectos por la Cámara de Senadores actuará como un filtro, garantizando un análisis profundo de las propuestas emanadas de la Cámara de Diputados. La bicameralidad actúa como un mecanismo que fortalecerá la toma de decisiones de los parlamentarios. Es evidente que este sistema se ajusta a las necesidades de un país con más de 33 millones de habitantes y una gran diversidad cultural, que será la respuesta a los desafíos y necesidades que el Perú enfrenta en un futuro inmediato.
La bicameralidad no debe traducirse de forma errónea como en una mayor burocracia, sino como en una representación más precisa y especializada. La diversidad cultural del país debe reflejarse en la toma de decisiones, asegurando que las voces de todas las provincias sean escuchadas.
La votación de la próxima legislatura se prevé será en favor de la misma. Este será un nuevo inicio de la historia política de nuestro país. Esta modificación contribuye al fortalecimiento institucional y garantizará tener una representación efectiva, respetando al Estado de derecho y la separación de poderes.