Huancaína a los 77 años aprende a escribir su nombre
Huancaína a los 77 años aprende a escribir su nombre

Sonrisa de niña. Carmen Galván Mueras de Cristóbal nació en Huancayo. Ella dice que nunca es tarde para aprender a leer y escribir. Y es ejemplo de lo que dice. “Ahora que tengo 77 años aprendí a escribir mi nombre”, nos comenta, mientras desliza suavemente el lápiz sobre su cuaderno.

Carmen cursa el tercer grado del ciclo intermedio en el Círculo de Aprendizaje “Sofía Matsue” del CEBA Madre Teresa de Calcuta de San Juan de Lurigancho. Tiene siete hijos y muchos deseos de aprender. Quedó huérfana cuando cumplió un año. Su abuela y tía asumieron la crianza, pero como la abuelita era de avanzada edad, entonces la tía se hizo cargo de ella. La trajo al Callao. Ahí creció con sus primos que eran de su misma edad.

“Mis primos sí tuvieron la oportunidad de ir al colegio. Yo no. Me quedaba haciendo los quehaceres del hogar”, recuerda Carmen. Siempre se preguntaba por qué a ella no la enviaban al colegio. Por eso, no aprendió a leer y escribir. “Cuánta falta hace una madre”, expresa con nostalgia.

Muy jovencita conoció al papá de sus hijos y se fue a vivir a la Providencia. Era una chacra, pero con mucho trabajo y esfuerzo construyó su casa. Trabajó como vendedora de verduras y abarrotes en el mercado. “Recuerdo que como no sabía leer, ni escribir, llevaba a uno o dos de mis hijos para que me apoyen en sacar las cuentas y dar el vuelto a los clientes”.

“Aquí nos enseñan con mucha paciencia y dedicación. Aprendí a firmar y a escribir mi nombre. Me siento más segura. Aprender a leer y escribir me da confianza. Sé que puedo lograr grandes cosas”, dice con una sonrisa de niña.

MENSAJE. “No hay edad para aprender. Nada es imposible. Solo depende de nosotros”, afirma y vuelve a jugar con sus lápices.

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