Solo muertos podrían salir del penal. Ellos son 39 internos que vivirán toda su vida detrás de los barrotes por haber cometidos los crímenes más execrables, asesinato y violación a menores de edad, lo cual generó que los jueces les dieran la sentencia de cadena perpetua.
Uno de estos condenados es el recordado, Carlos Béjar Mondaca, que hace 11 años cometió uno de los crímenes que conmocionó a Huancayo.
OPTAR POR LA RELIGIÓN. El director del Instituto Nacional Penitenciario, José Herrera manifestó que los condenados a cadena perpetua, han optado por refugiarse en la religión para poder hacer más llevadera su vida tras las rejas.
“Los condenados a cadena perpetua han sido abandonados por sus familiares, y muchos de ellos han optado por aceptar la ayuda de los misioneros de religiones que van al penal a llevarles algo de consuelo con la palabra de Dios, eso les ayuda a seguir adelante, ellos se han resignado a quedarse en la cárcel”, acotó José Herrera.
Asimismo mencionó que otros 48 internos también están sentenciados a condenas de más de 35 años. En el penal de Huancayo está hacinado, en la actualidad existen 2170 internos, cuando el penal es solo para 680 personas. Por el hacinamiento que existe muchos presos tienen que dormir en el piso. Para esto se proyecta construir dos pabellones más y aliviar el hacinamiento.
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