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Las esperanzas de hallarla sana y salva que aún mantenían ayer, se esfumaron como la vida de la tierna Guisell. Su cuerpo yacía en un costal negro en el sector de Casablanca, anexo de Casma en la vía que une Huancayo con Izcuchaca. Al ver la escabrosa escena, la madre de la niña no pudo más y se desmayó, los demás familiares no eran ajenos y solo atinaban a llorar sin poder creer el horror que llevó a la muerte a la niña.

Fue el propio asesino quién guió a la Policía hasta esta zona, luego de ser capturado a las 2:00 de la madrugada en la casa de sus padres donde permanecía escondido, pues la PNP andaba tras sus pasos. 

(37) confesó ser el asesino de la niña de 8 años, y no solo eso, contó que abusó sexualmente de ella y la mató "porque lloraba mucho". Según la fiscal Cristina Alfaro Matos Paucar mató a Guisell para que su delito no fuera descubierto pero no contó con que cámaras de seguridad captarían su rostro.

El asesino dijo que luego de abusar y matar a su víctima la metió en un costal y por dos días este permaneció en su casa hasta que finalmente decidió sacarlo llevarlo  por la vía a Huancavelica y arrojarlo en un paraje desolado. Las prendas de Guisell que tenían las manchas de sangre las arrojó a un ríachuelo en la misma ciudad de Huancayo.

La familia y allegados de la niña intentaron hacer justicia con sus manos, la Policía tuvo que llevarse al detenido a Huancavelica, pues la vía a Huancayo estaba bloqueada. En su desesperación los protestantes atacaron al comisaría de Acostambo donde minutos antes había estado el detenido y ya en la carretera se enfrentaron a la Policía que tuvo que dispersarlos con bombas lacrimógenas. 

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