​Huancayo: Madres le dan calidad de vida a sus hijos usando aceite de marihuana
​Huancayo: Madres le dan calidad de vida a sus hijos usando aceite de marihuana

Eran las 16.30 horas de ayer cuando entrevistamos a tres mujeres que gracias a la marihuana salvaron la vida de sus seres queridos. Una de ellas es la docente de comunicación, Amelia Pérez, quien estaba sentada en el banquillo de un parque y a pocos centímetros su pequeño Leonel (7), reposaba en su silla de ruedas, atento a todo lo que ocurría a su alrededor. De pronto, el ruido de una botella aplastada por la llanta de un coche desata una crisis en el niño y lo asusta. Sus dedos, brazos, piernas y rostro se ponen duros, tensos. Su ojos parpadean rápidamente como si perdiera la visión y Amelia le coge de la mano y le dice: “mi amor, solo es una botella, una botella. No pasa nada”. Dos segundos después, el niño vuelve en sí, muestra una chimuela sonrisa y mira atentamente a su madre, le tiene confianza.

Amelia asegura que desde hace tres meses, las crisis de epilepsia que sufre Leonel son parecidas a la que acabamos de vivir y todo gracias a una gota de aceite que coloca debajo de su lengua todos los días, regiliosamente. “Mi hijo sufre de ataques epilépticos desde que tiene 1 año de vida. El sobrevivió a una asfixia al momento de nacer y quedó así luego de una operación para sanarlo. Busqué información por itnernet y todos lafos, pero en junio de este año conocí la organización ‘Buscando esperanzas’. Una de las participantes me regaló una jeringa con 10 Ml. de aceite de cannabis (marihuana) y empecé a darle a Leonel. Con ello, parece que susistema nervioso está más relajado y eso le ayuda a superar los ataques. Antes tenía unos 20 al día y duraba hasta 40 minutos, ahora apenas tiene uno o dos por día y de uno o dos segundos”, dice Amelia quien ahora pide que el Congreso apruebe la ley que permita el uso y comercialización de la marihuana con f ines medicinales. “Me ha cambiado la vida y a mi hijo”, asegura.

AMOR PURO. Al igual que Amelia, la también profesora Elvia Soto, asegura haber encontrado en el cannabis, la solucióna las dolencias la última de sus cuatro hijos, la pequeña Luciana (3). “Ella no dormía, le daban ataques todo el día, eran más de 30 y gritaba de dolor. Parecía doblarse y sufría. Recorrí todas partes buscando la medicina, me recomendaron pastillas. A su corta edad, mi niña tomaba cuatro capsulas diarias, se le caía el cabello y aún así no mejoraba. Cuando viaje a Lima conocí del aceite y luego de informarme empecé a usarlo. Tenia temor pero con la primera gota que le di a Luciana, esa noche ella durmió toda una noche, por primera vez en años”, cometa Elvia. Ahora se suma a la lucha para legalizar la marihuana curativa.

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