Las paredes de tapia de la vivienda de Mery Huayllullo (52) ya habían soportado varias inundaciones; pero la noche del miércoles cedieron a la incesante lluvia, sepultando una cocina y un taller de zapatería. Sucedió en el pasaje San Miguel 179 (El Tambo).
En la casa de la comerciante, vivían -en alquiler- otras cuatro familias. Todos huyeron al oír el estruendo. “Hicimos cadenas humanas para sacar a los niños y rescatar lo que podíamos”, contó Livia Chura (24), quien habitaba uno de los cuartos, junto a su esposo, hijo (2) y su suegro (68). En la casa además vivía Ernesto Chuquipoma (28), Yeni Barzola, Mery Camacllanqui (27) y sus respectivas familias. Todas las habitaciones (de tapia) quedaron inhabitables.
Similar situación vivió su vecina, Demelia Jincho (66) quien fue arrastrada por el agua que rompió su portón e ingresó a su casa. “Mis 15 cuyes se ahogaron, a mí me salvó una de mis inquilinas”, contó. La anciana y sus dos inquilinas también desalojaron sus cuartos de tapia, pues el agua alcanzó el 1.20 metros de altura y remojó los muros. “No hay desagüe pluvial por eso nos inundamos siempre, pero ahora nos hemos quedado en la calle”, lamentaron.
LA MEJORADA. Mientras tanto, el riachuelo Flor de Mayo, hizo estragos en el sector La Mejorada. Una hectárea de maíz y pastizales de Pedro Curasma (72) fueron inundados, al igual que cuatro viviendas y tres canchas del campo deportivo “Don Alejos”. “Antes el agua desfogaba al Mantaro, pero el año pasado alzaron montículos en el botadero y eso nos inundó”, contó el agricultor.
“Había un proyecto para canalizar el riachuelo pero el alcalde y el gobernador regional se pelearon por la unidad ejecutora y quedó en nada”, expresó César Capcha. Cualquier apoyo puede comunicarse al 967881388.
EVALUACIÓN. Tras una evaluación de daños, Defensa Civil del distrito entregó calaminas, frazadas y colchones a los damnificados.