Lo atropellan, llega cadáver a hospital pero le descubren herida de acuchillamiento

Casi a la 1:30 de la madrugada de ayer, el taxista Bernardo Espinoza Casas (35) pidió ayuda en el Área de emergencia del hospital Daniel Alcides Carrión. En su vehículo de placa F9F-186 llevaba un joven (hasta entonces desconocido), que había atropellado, sin saber que ya estaba muerto.

ATROPELLO. El conductor, refirió que realizaba servicio de taxi, cuando -en el cruce de los jirones Puno y Libertad- sintió un leve impacto en la llanta delantera. “Mi hermano pensó que era un bulto”, contó Arturo Espinoza.

Al ver que se trataba de un joven postrado en la vereda y que lo había atropellado, lo trasladó hacia mencionado hospital, pero le aseguraron que llegó cadáver.

El cuerpo de quien sería identificado más tarde (por la policía de la Oficri Huancayo) como Eloy Enrique Alaya (29) fue ingresado a la morgue del hospital. El varón apenas vestía un polo de color ladrillo, pantalón y zapatillas azules y no tenía ningún documento. Además, quienes lo vieron aseguraron que tenía una pequeña herida a la altura de las costillas.

Mientras tanto el conductor fue puesto a disposición de la policía y la Sexta Fiscalía Penal, por atropello.

DILIGENCIA. Casi siete horas después, se procedió al levantamiento del cadáver, antes de trasladarlo a la morgue de Hualhuas. En la diligencia, la herida (al parecer de acuchillamiento), no pasó desapercibida. El caso es investigado por el Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito (SIAT) de Huancayo, que está a la espera de los resultados de la necropsia que revelarán las verdaderas causas de la muerte. “Mi hermano pensó que estaba inconsciente y lo llevó con el apuro. No se percató si ya había fallecido. Él tiene más de 10 años de conductor y nunca ha tenido accidentes”, indicó el hermano del chofer, quien pasó un día más detenido, por el retraso de la necropsia.

A la dependencia también llegaron las hermanas del fallecido, sin embargo no quisieron declarar.

PADRE. Se sabe que el joven, natural de Quilcas, deja una niña en orfandad.