Hombres y mujeres de prensa en Junín se unieron en homenaje a los periodistas caídos hace 42 años en Uchuraccay, un hecho que aún marca la impunidad y la falta de justicia en el Perú. La decana del Consejo Junín-Huancavelica del Colegio de Periodistas del Perú, Elizabeth Gómez Ramos, destacó la importancia de recordar a los ocho periodistas asesinados, cuya muerte permanece aún sin responsables, pese al paso de más de cuatro décadas.
“Son 42 años que aún no encontramos justicia, pero nos lleva a la reflexión. Como comunidad, como sociedad y como periodistas, debemos seguir ese ejemplo, en busca de la verdad”, señaló la decana, quien hizo un llamado a todos los periodistas a actuar con responsabilidad social y compromiso con la objetividad.
En entrevista con Correo, Elizabeth Gómez también subrayó la crítica situación de la libertad de prensa en el país, señalando que ésta se ha reducido hasta en un 50% y se ve amenazada principalmente por la intolerancia política y social. En su opinión, las principales autoridades han mostrado una creciente hostilidad hacia los medios, especialmente en un contexto marcado por investigaciones a políticos e insistencia en temas sociales.
“La actitud de la misma presidenta (Dina Boluarte) hacia los periodistas en condenable, repudiable. Particularmente me decepciona bastante, debería tener más apertura”, dijo la decana.
Recuerdos que reviven el dolor
A la ceremonia realizada también fue invitada la viuda del fallecido periodista Jorge Sedano (una de las víctimas en Uchuraccay). Alcira Velásquez Taipe vda. de Sedano (84). Ella expresó su dolor y frustración por la falta de justicia.
“No se sabe hasta hoy quiénes son los verdaderos culpables. Ellos dicen que fueron los comuneros, pero nosotros no aceptamos eso porque sabemos la verdad”, denunció.
Sedano recordó con emoción a su esposo, quien antes de partir hacia Uchuraccay le había anunciado: “Voy a morir luchando, porque lucho por la verdad”.
“Él era un hombre entregado al periodismo, siempre en busca de la verdad, siempre preocupado por hacer su trabajo con ética y responsabilidad. Pero 42 años después, la justicia sigue sin llegar”, agregó doña Alcira, quien lamentó la indiferencia de los gobiernos hacia este caso.
“Las instituciones se comprometieron a hacer algo, pero nunca cumplieron”, indicó con indignación
La injusticia en el caso de los “Mártires de Uchuraccay” refleja que el Perú es un país que, pese a los avances, aún enfrenta desafíos sobre la libertad de expresión y seguridad para los periodistas; además donde la justicia no es garantizada.
Para la viuda, la situación del país es cada vez más preocupante:
“El terrorismo ha regresado, pero de otra forma. La inseguridad es terrible. Ya no hay seguridad en las calles, y la delincuencia mata por un celular. La justicia no existe”, expresó.
Con 42 años de lucha en busca de justicia, tanto el Colegio de Periodistas del Perú, el Centro Federado de Periodistas de Junín, la Asociación Nacional de Periodistas filial Huancayo, la Asociación de Locutores y demás hombres y mujeres de prensa se unieron al clamor de justicia por los periodistas que perecieron en su búsqueda por la verdad en medio de una situación delicada para el Perú.
“La sociedad no debe permitir que el periodismo sea silenciado. Debemos seguir luchando por la verdad”, finalizó Elizabeth Gómez.
La historia de la tragedia
El hecho que marcó la historia del periodismo en el país, fue el 26 de enero de 1983, donde los periodistas Félix Gavilán, Amador García, Jorge Sedano, Jorge Luis Mendivil, Octavio Infante, Pedro Sánchez, Willy Retto y Eduardo de la Piniella, junto a un guía local, fueron asesinados en Uchuraccay, una comunidad de la sierra de Ayacucho.
Según algunas investigaciones, los periodistas, que se encontraban en la zona para reportar sobre la violencia generada por la guerra interna entre el gobierno y los grupos subversivos, fueron detenidos por los pobladores, quienes, en un contexto de alta tensión y desinformación, los confundieron con miembros de Sendero Luminoso.
La responsabilidad de la matanza recayó en los comuneros. “Ojalá nos alcance la vida, para poder ver que finalmente se hizo justicia para los ocho periodistas”, finalizó la viuda de Jorge Sedano.