Centenario camposanto es profanado
Centenario camposanto es profanado

Es uno de los cementerios más antiguos del departamento, escritores lo mencionan en crónicas y relatos como el primer camposanto del departamento, sin embargo la condición en las que se encuentra ha puesto en alerta a los pobladores de Llicua.

El cementerio cuenta con más de 100 años de antigüedad y pasa por su peor momento, asentado bajo las faldas del cerro San Cristóbal y a un costado de una imponente quebrada yace la necrópolis que alberga decenas de lápidas que van perdiendo los nombres de sus huéspedes. El paso del tiempo prácticamente destruyó el camposanto, que no cuenta con un cerco perimétrico, no hay un camino definido, los moscos pululan y hay evidencias de profanación.

“Estamos preocupados por el estado del cementerio, nadie se preocupa por darle mantenimiento. La temporada de lluvias ha empeorado su estado”, relató Julia, vecina del lugar.

El alcalde del poblado de Llicua, Lucio Echevarría, sostuvo que coordina con la municipalidad de Amarilis un proyecto para construir al cerco perimétrico. “Lo que pasa en el cementerio es una fatalidad, se convirtió en tierra de nadie. Los animales ingresan y provocan destrozos en su interior. Hay gente que llega de otros lugares y entierran a sus muertos sin permiso de nadie”, dijo Echevarría.

Asimismo, indicó que harán una faena para levantar con adobe el cerco del cementerio, mientras se avanza finiquita el apoyo del alcalde Pulgar para hacerlo con cemento y ladrillos.

Clandestino. En todo el departamento solo dos cementerios tienen los permisos correspondientes para su funcionamiento.

“El 98% de los cementerios son ilegales, no cumplen con la normativa de Salud. Los encargados de velar por ellos son las municipalidades. Hemos hecho las recomendaciones pertinentes pero no se hace mucho”, sostuvo el vigilante de Servicios Funerarios de la dirección de Salud, Melitón Salas.

El funcionario precisa que mínimamente al año se debe fumigar el cementerio dos veces al año.

Capilla. Los entierros se hacen escarbando con pico y palo. Los nichos están en mal estado, la capilla tiene el techo resquebrajado, la gente que visita a sus deudos se para encima de las lápidas, mientras combate con los moscos que quieren ingresar por la boca y los ojos.

Ubicado bajo las faldas del cerro San Cristóbal sobrevive la necrópolis donde desconocidos entierran a sus deudos sin permiso de ninguna autoridad. Animales y moscos generan contaminación que tiene en alerta a los moradores de Llicua Alta. Falta fumigación y mayor

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