El sanador de Huánuco que atendió a más de 800 mil pacientes
El sanador de Huánuco que atendió a más de 800 mil pacientes

A diario diversas personas de todas las edades entran y salen del consultorio de Germán Guisasola Dávila, considerado como el ‘Sanador de Huánuco’. Desde hace 50 años atiende casos de cirugía menor, rehidratación física, extracción de uñeros y objetos extraños (balas, anzuelos, vidrios) del cuerpo, debridación de accesos.

En medio siglo de trabajo e atendido a más de 800 mil personas, entre niños, jóvenes, adultos y ancianos. Es una labor que da mucha satisfacción, es por ello que lo seguiré haciendo hasta que Dios me de fuerzas”, manifiesta Guisasola Dávila.

Participó en la construcción del hospital Hermilio Valdizán y luego ingresó a trabajar como técnico en enfermería, después de 30 años de servicio se jubiló y empezó su proyecto personal. Instalar un consultorio.

-Atiendo a toda persona que necesita mi ayuda, a las que no tienen dinero no les cobro. Es parte de mi trabajo ayudar a quienes lo necesitan-.

Guisasola es un ferviente católico que encomienda sus oraciones a Dios con la finalidad que sus atenciones salgan bien y sus pacientes recuperen su salud lo más rápido posible.

“Hace muchos años tuve una revelación del Señor. Me habló en mis sueños. Desde entonces mi vida cambio. Estoy convencido que debo trabajar para hacer el bien”, dice.

Entre los casos más extraños que atendió fue el de un hombre que tenía un vidrio de 5 cm de largo x 4 cm ancho en el omoplato por más de tres años.

“Era un estibador que llegó a mi consultorio, le hice una pequeña incisión para extraer el vidrio y no salía, me di cuenta que el objeto era grande, hice otro corte y empezó a salir. Era parte de una botella de cerveza que le clavaron en una pelea”.

Sostiene que los médicos de antaño eran profesionales de primer nivel que priorizaban la atención del paciente ante cualquier interés personal.

“Los galenos Joaquín Garay, Virgilio López y Talavera, son muy buenos. Sus diagnósticos son exactos”.

Su dedicación y profesionalismo por su trabajo lo transmitió a uno de sus hijos que es médico internista en EsSalud.

Germán manifiesta que en este mundo existe el bien y el mal, por lo que una “persona debe obrar pensando y deseando el bien al prójimo. Como mandan las leyes de Dios. Hacer el bien sin mirar a quién”.

Comenta que su compromiso con su trabajo es las 24 horas del día.