La muerte del genocida Abimael Guzmán generó más de una reacción en el departamento de Huánuco. Para algunos políticos, el cuerpo del genocida Guzmán debe ser cremado y sus cenizas esparcidas en el mar, para que no exista un lugar donde “mentes confundidas tengan la oportunidad de brindarle culto” al responsable de más 30 mil muertes en el país.
“La muerte de un terrorista, no necesariamente implica la muerte del terrorismo. Hay que tenerlo claro, más aún ahora que el Movadef (brazo político de Sendero Luminoso) orbita en torno a palacio de gobierno. Está muerte no solo es una oportunidad para enterrar al cuerpo del líder de la mayor organización terrorista que ha tenido el país, sino también para emprender una decidida batalla en contra de las ideas que hicieron nacer la insania terrorista. Enfrentar al terrorismo y llamar como es al terrorismo en los colegios en las universidades, en los libros, en los medios de comunicación”, sostuvo Richard Borja, exregidor de Huánuco. Asimismo, sostuvo que el cuerpo del genocida “debe ser cremado y arrojado al mar”.
En tanto, Bequer Jara, sobreviviente al horror de Sendero Luminoso y exsoldado que los combatió en el norte del país y el Alto Huallaga, indica que Abimael Guzmán fue el asesino más sanguinario de la historia del país y que tras la fachada del Movadef, buscan confundir a la población.
“Yo sobreviví al ataque de Sendero Luminoso. Mi padre y cuatro personas fueron asesinadas por los terroristas en el caserío de Chinchinga, en el distrito de Chinchao. Sendero buscó llegar al poder a través del terror. Los terroristas no respetaron nada. El periodista, Marino Meza Rosales candidato a diputado; el médico, José de la Torre Aller, candidato a diputado; Otoniel Jara Paulino y los universitarios: Félix Manzanarez Campos y Caracciolo Aranda Espinoza fueron asesinados de un balazo en la cabeza que les propinó el líder del grupo senderista que comandó esa masacre. Yo me salvé por un milagro”, sostiene Jara.
MIRA AQUÍ: Así fue hallado Abimael Guzmán en su celda, según el acta del levantamiento del cuerpo
En tanto, el alcalde de Amarilis, Antonio Pulgar, manifestó que el horror sembrado por el terrorista Guzmán no debe ser olvidado por los peruanos. “Abimael Guzmán desangró al país. Generó una crisis enorme en el Perú. Yo creo en el respeto por los muertos, pero en el caso de este señor las autoridades deben tomar una decisión que evite que se genere un lugar de culto al genocida”, refirió Pulgar.
A su vez, el exregidor de Huánuco, José Pablo Chaupis sostuvo que el Gobierno debe preocuparse en informar sobre el terror que sembró Sendero Luminoso. “Los actos de Abimael Guzmán son los más dramáticos que vivió el país. El Estado falló en informar lo que hizo el terrorismo en el país, no asumió su rol y eso debe cambiar, se debe informar lo que Sendero le hizo al país”, refirió Pablo Chaupis.
En la otra orilla, se pudo leer las posiciones del excongresista Rogelio Tucto; el exdefensor del Pueblo en Huánuco, Pier Marzo Rodríguez y el actual director de la Oficina de Resolución de Conflictos del Gobierno Regional de Huánuco, Eustaquio Robles, quienes postearon en sus redes sociales, frases ambiguas sobre la muerte del genocida Guzmán. Robles posteó un poema que alude a “lamentable” pérdida del genocida; similares acciones tuvieron Tucto y Marzo. Los tres fueron criticados en las redes sociales.