El Cementerio Santo Domingo de Guzmán volvió a abrir sus puertas al público después de más de 2 años de restricción debido al COVID-19. La reapertura de este recinto que administra la Sociedad de Beneficencia de Chincha generó masiva concurrencia de personas, quienes vienen desde distintas partes de la provincia para visitar el féretro de sus seres queridos, algunos de ellos fallecidos durante las olas de la pandemia.
Medidas en la zona
El gerente de la Beneficencia, Ángel Paúcar Mendoza, señaló que por acuerdo de directorio se adoptó la decisión de permitir el ingreso del público. Aclaró que hay pautas y restricciones que se mantienen y deben ser acatados por la población. En esta primera fase no se permite el ingreso de menores, además se exige el uso de la mascarilla, contar con las vacunas contra el coronavirus y más medidas sanitarias.
La reapertura ha generado un considerable movimiento de personas hacia el camposanto chinchano. Cada día el número de visitas se eleva y se tiene proyectado que siga en crecimiento. Y es que han pasado más de dos años desde que este lugar estuvo con acceso restringido. Las áreas de mayor concurrencia son los nichos y ecológico, en donde descansan también las víctimas que deja el coronavirus.
Paúcar exhortó a los visitantes que cumplan con los protocolos establecidos y eviten el uso de agua. “Tenemos un espacio abierto y por lo tanto nuestro aforo es al 100 % sin embargo se deben de cumplir con las recomendaciones, pues, tenemos la emergencia sanitaria por el COVID-19 y otra por el dengue, zika y chikungunya. Tenemos que cuidar a la población que viene a visitar a sus seres queridos y también a los trabajadores”, precisó.
En ese sentido, se estableció que el ingreso del público sea exclusivamente por la puerta 1 y el segundo acceso será solo para las carrozas fúnebres hasta el lugar de inhumación, entre los que se considera los fallecidos con diagnóstico de coronavirus. Además, hay horarios que la ciudadanía debe respetar para mantener el ordenamiento de las visitas a este camposanto que alberga los restos mortales de miles de chinchanos.