“¡Gracias a Dios vamos llegando”, con ese cántico Luis Huamán Cahuas, ingresaba a la Plaza de Armas de, liderando la cuadrilla de Hatajo de Negritos de la familia Huamán para rendir homenaje a . Han pasado cinco meses desde la última presentación de este hombre, fallecido el 31 de mayo, y que deja un legado de danzantes para continuar con este arte.

Historia

Huamán desde los 3 años fue integrándose a la cuadrilla conformada por su padre Florencio Huamán Ochoa y sus tíos. Él llevaba en la sangre ese empuje por el zapateo y con el paso del tiempo fue tomando la batuta del elenco, que desde setiembre comenzaba a prepararse para adorar al niño en el pesebre y a la Melchorita en su fecha de nacimiento.

Luis con más de medio siglo representando a la familia Huamán llegó a convertirse en el caporal y con el repique de la campanita guiaba los pasos triunfantes de los danzantes. Su presentación era ovacionada por el público. Este hombre nunca se detuvo, cada año vestía el uniforme para salir a demostrar ese arte que aprendió desde niño. El caporal, así como antes pasó con él, enseñó a sus hijos, nietos y bisnietos los pasos para convertirse en danzante de Hatajo de Negritos.

Su partida enlútese a todo un pueblo que recuerda esos ingresos triunfantes de la cuadrilla liderada por Luis Huamán y como él mismo decía en sus cánticos al terminar su presentación “Gracias a Dios que ya nos vamos”.

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