El sujeto que grabó su nombre en una meseta de Palpa, al lado de la figura ancestral de un pelícano, ya había dejado esta huella al menos hace un año, si no es más, explicó ayer el arqueólogo Johny Isla, director del Proyecto de Gestión de las Líneas de Nasca, del Ministerio de Cultura, quien lamentó que una noticia como esta vuelva a sacar a la luz el problema de fondo que es la necesidad de cuidar el legado de los antiguos peruanos que poblaron esta zona de Ica.
¿QUIÉN ES?. Refiere que el sujeto ha sido identificado como Luis Tadeo Cruz, de 40 años, quien ya había sido denunciado por estos actos por un grupo de arqueólogos, pues anteriormente estuvo haciendo otras inscripciones en otros puntos de las históricas mesetas de Palpa donde hay más líneas y seres antropomórficos. Sin embargo, no se sabe más de él desde hace un tiempo, cuando tenía un programa de radio en Palpa, aunque es natural del caserío de Piedras Gordas.
“Lo que sabemos es que sufre de una enfermedad y lo único que quiere es que lo recuerden, aunque esta no es la mejor manera, explica el arqueólogo Isla.
La foto del daño, subida ayer en el Facebook de la Asociación María Reiche, muestra al lado de la figura de el pelícano, una inscripción que dice DIBUJADO P. LUIS TADEO C. DAVID JOSÉ“.
¿QUÉ SE HACE? El arqueólogo Johny Isla no es nuevo en esta zona, lleva más de dos décadas de labor incansable de investigación en las pampas de Nasca y Palpa. Explica que si bien esta situación indigna, lo cierto es que no es la primera vez que ocurre, pues si uno recorre la zona puede ver inscripciones con más nombres, o Cristo te ama y hasta proclamas de partidos políticos. “Uno de los problemas es que no hay cercos porque es un trecho demasiado grande, detalla”.
Comenta algo que resulta increíble: en el año 1994 la UNESCO proclama las Líneas de Nasca como Patrimonio Cultural de la Humanidad, y sin embargo, desde aquella época se había hecho muy poco por ellas, tanto así que ninguno de estos restos arqueológicos está registrado oficialmente ni geolocalizado en un mapa. Para no creerlo.
EMPRESA PRIVADA. “Si queremos pedir el apoyo de la empresa privada para mantener y cuidar mejor este patrimonio, pues el dinero que tenemos no es tanto y hay que acomodarse, debemos empezar por tener las partidas de nacimiento de todos los restos de las Pampas de Nasca y Palpa”, refirió Isla. Y ese, como imaginará el lector, es un trabajo duro.
Pero de algo malo, siempre se puede sacar algo bueno. Desde que el activista de Greenpeace, el argentino Mauro Nicolás Fernández fue acusado de delito contra el patrimonio cultural en la modalidad de atentado contra monumentos arqueológicos, para colocar muy cerca del Colibrí de Nasca más de 40 trozos de tela amarilla con el mensaje Time for change. The future is renewable en diciembre del año pasado, se prendieron las luces en el Ministerio de Cultura sobre el tema del resguardo del patrimonio y se creó el Sistema de Gestión que incluyó la instalación de una oficina en Nasca y el aumentar de dos a ocho el equipo de arqueólogos encabezado por Jhony Isla, para realizar trabajos más serios de investigación y cuidados a la par de ver el registro total de los restos arqueológicos, entre geoglifos, líneas y acueductos que se distribuyen entre cerros, mesetas y el valle.
TRABAJO CON PALPA. “Al menos estamos ya haciendo mejor las cosas y seguimos en ese camino”, explica el arqueólogo, tras explicar que a diferencia de las Líneas de Nasca, que están en zonas despobladas, las de Palpa tienen poblaciones muy cerca, por lo que ya se ha venido trabajando con ellos para que todos sean los protectores de esta parte de su historia.
“Si todos se involucran y a la par logramos delimitar mejor las líneas y formas en estas pampas -pues muchas no se notan a simple vista y no hay letreros cercanos- habrá quien dice que si no ven ninguna prohibición es libres de hacer pintas y graffitis”, detalla Isla, quien está seguro que los poblados de Palpa pueden ser los mejores guardianes de su pasado.
LIMPIEZA. Por lo pronto, Isla y su equipo ya habían iniciado la limpieza de estas inscripciones, tarea nada fácil ni rápida por cierto, pues es un trabajo de hormiga retirar lo que otros dejaron hecho en el suelo. “Aún así, vamos a continuar con nuestra labor, hay mucho por hacer por Palpa y Nasca, estamos decididos porque para eso estamos acá” finaliza el arqueólogo Isla, quien es un entusiasta de esta incansable labor en favor de cuidar lo que los antiguos peruanos nos legaron.
RECLAMA. En tanto, Ana María Cogorno, presidenta de la Asociación María Reiche, dijo que que trabajaron con la Ugel de Nasca y de Palpa para acentuar el conocimiento de la población sobre la conservación de las líneas pero que ese trabajo debe verse respaldado por las autoridades regionales así como los ministerios de Cultura y Educación. Así sea.