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Octubre, conocido por ser el mes de los temblores, es también para los chinchanos la oportunidad para reencontrarse con su santo patrón: el Señor Crucificado. Ayer, desde las 6 de la mañana, se abrieron las puertas de la iglesia Santo Domingo de Guzmán para recibir a los fieles que llegaban para ser testigos de la tradicional bajada de la sagrada imagen, que fue colocada en el altar mayor.

Con la Misa Solemne se inició la celebración que se alargará hasta el día 21 de octubre. Luego de esta homilía, los devotos elegidos para realizar el descenso del Cristo Crucificado se trasladaron hacia la puerta lateral izquierda de la iglesia. La misión encomendada a estos hombres era la de bajar la sagrada imagen. Utilizaron guantes, sogas y con máximo cuidado consiguieron cumplir su comisión.

La población, como es de costumbre en esta parte del país, pudo tocar la vestidura, manos, pies y el rostro de la sagrada imagen. La veneración se inició a las 8:20 a.m. y concluyó a las 5:30 pm del día de ayer. Posteriormente, los colaboradores de la iglesia Santo Domingo de Guzmán procedieron con el arreglo del Señor Crucificado en el anda procesional.

PROCESIÓN. Para el próximo 20 de octubre se tiene programada la apoteósica procesión del santo patrón de los chinchanos. Su recorrido deberá iniciarse a las 8 de la noche y concluirá al día siguiente con el ingreso triunfal del Cristo en la cruz.