En el se presume que se intentaba sepultar un con basura, trabajadores del camposanto se dieron cuenta, ya que en la carroza se trasladaban 2 ataúdes similares, generando dudas durante el acto.

Según los primeros reportes, se pretendió engañar durante la sepultura, para posteriormente trasladar de manera ilegal al fallecido por COVID-19 hacia una ciudad cercana a Ica donde el cuerpo recibiría cristiana sepultura.

Primeras sospechas

Al respecto, el presidente de la Beneficencia de Ica, comentó que personal encargado se había percatado del incidente porque el ataúd llegó con tres horas de retraso, además de que la empresa funeraria se negaba a abrir el furgón.

“Compraron el nicho en la séptima fila, el sepelio estaba programado a las 2 de la tarde, pero se aparecieron a las 5 de la tarde. Además no querían aperturar el furgón para verificar las condiciones del ataúd, luego lo aperturaron y había otro cajón tapado con una alfombra, ahí es donde se creó la suspicacia. Por ello se procedió a llamar a los representantes de la Diresa y la Policía”, declaró.

Los trabajadores admitieron que un ataúd se encontraba vacío y que solo era de prueba, tras la exhortación de la Policía se puedo abrir, logrando constatar la simulación de un cuerpo, tras la inspección se observó residuos sólidos.

Finalmente, se procedió al entierro a las 6 de la tarde. En tanto, la Beneficencia presentará una denuncia contra la empresa funeraria.