Un padre de familia determinó que lo mejor que podía hacer para que su hijo no salga de su casa era encadenarle los pies. Pero el menor logró escapar y poner en evidencia el atropello que su padre cometía en la vivienda de la UPIS San Cristóbal, poblado Santa María en Chincha Alta.
A pesar de lo sucedido y la indignación de los vecinos de la zona, el niño después de pasar por el médico legista fue devuelto al padre que le aplicó este castigo.
El niño de iniciales L.T.S. (10) no se contuvo más y dijo a las moradoras que el que le había puesto las cadenas con candados era su padre, Luis Alberto Tasayco.
Explicó también que había escapado de su casa porque veía el castigo que se cometía contra sus hermanos y que además no era la primera vez que se realizaba esto contra él. La policía llegó al lugar y condujo al infante a la comisaría de Chincha Alta. Los efectivos convocaron la presencia de sus padres en la sede policial.
Tras realizar la evaluación, el Ministerio Público determinó que el hecho, a pesar de la connotación, no reflejaba agresión física a extremo y dispuso que el pequeño regrese con su madre Cecilia Saldaña y su padre Luis Tasayco, a la misma casa de donde había huido.
Esta decisión alteró a los pobladores del pasaje Pachas, quienes esperaban que el niño sea alejado de ese hogar y llevado a un albergue.
Diario Correo conversó con el padre del menor, quien para justificarse dijo que había tomado esa decisión para que su hijo no se escape. Recién desde hace dos días lo he encadenado porque el niño no hace caso a mi esposa, mencionó.
Asimismo, explicó que cuando sale a trabajar su pareja (Cecilia Saldaña) se encarga del cuidado de los hijos que ambos concibieron, siendo ella testigo del encadenamiento de uno de los vástagos.