Policía recibe testimonio de testigos de muerte de cambista

Las dos personas que presenciaron el hecho criminal que costó la vida al cambista Marco Monterola Flores ya rindieron su manifestación ante los agentes de la comisaría rural sectorial de Chincha Alta. Los testigos señalan que fueron dos sujetos, que ocultaban sus rostros usando cascos, los que perpetraron el ataque y se dieron a la fuga en una motolineal de color negra sin placa de rodaje.

Se sabe que Monterola abordó un auto de servicio público para dirigirse a su centro trabajo. Él se ubicó en el asiento del copiloto y el vehículo avanzó un trecho hasta llegar a la plaza de armas del pueblo joven Túpac Amaru zona B, donde se detuvo para recoger a una pasajera. El chofer bajó de la unidad para abrir la maletera y es en esos momentos cuando apareció la moto con dos sujetos a bordo que se lanzan contra su víctima.

El cambista trató de evitar el robo pasándose hacia el lado del piloto, pero los asaltantes no se limitaron y le propinaron un balazo que perforó su pulmón. Monterola quedó desvanecido y fue arrastrado hacia el pavimento en donde fue despojado de un morral y del chaleco que portaba. El chofer y la pasajera fueron testigos de esta acción violenta y de la fuga del verdugo y su compinche. El móvil de este ataque al parecer fue hurto.

Pero, los sujetos no lograron llevarse el botín que imaginaron pues Marco Monterola tenía escondido su dinero (3 mil 500 dólares y 500 soles) El occiso habría optado por realizar esta maniobra debido a que en el pasado fue víctima de asalto y robo. Según fuentes policiales, hace unos meses el occiso cayó en manos de una banda delincuencial que le arrebató 20 mil soles.

Semanas después también fue interceptado por unos desconocidos que lo secuestran para quitarle 30 mil soles. Después de mantenerlo en cautiverio deciden arrojarlo por la zona de los laterales de Grocio Prado. Se presume que raíz de estos antecedentes es que Monterola Flores, también propietario de varios inmuebles, es que decide no llevar mucho dinero en su morral ni en su chaleco.