Cuatro familias son afectadas con los olores fétidos y nauseabundos del pozo séptico del sector Tacaraca en el distrito de Pueblo Nuevo.
Las vecinas denuncian que hace varios años padecen por este problema, pese a los continuos reclamos que han hecho a las autoridades del distrito.
Pero el problema no solo es el pozo séptico. Detrás de sus viviendas existe también una chanchería que de igual modo perjudica directamente a estas familias.
Las afectadas señalan que el pozo séptico una vez por semana es rebombeado por los trabajadores y las aguas servidas son arrojadas a la acequia del lugar para el riego de las parcelas, los cual además se convierte en un foco infeccioso para las personas que están cerca.
Los pobladores piden la clausura del pozo, ya que es un peligro constante y puede ocasionar enfermedades a las personas que viven al lado.
Ya han presentando una denuncia formal a la municipalidad distrital de Pueblo Nuevo para las autoridades tomen cartas en el asunto y encuentren la solución.
Por su parte, la teniente gobernadora llegó a Tacaraca para hacer la inspección, pero no específicamente del pozo séptico sino de la chanchería que funciona en la zona.