Descubrimientos que asombran. Tras una minuciosa investigación y arduo trabajo, investigadores hallaron nuevas evidencias que han permitido descifrar que también existía un sistema de escalinatas en la parte posterior de la huaca Toledo, informó María Elena Córdova Burga, directora del 

Y es que hasta hace sólo unos meses, los hallazgos en huaca Toledo, develaban que el acceso a la parte superior de este edificio de más de 20 metros de altura, ubicada a solo unos metros del Museo de Sitio de Chan Chan, era a través de dos escalinatas construidas posiblemente entre los años 1350 y 1400 d. C, 

La investigación ha permitido el hallazgo de una tercera escalinata, construida en una de las esquinas posteriores, un rasgo totalmente atípico en la huacas del valle Moche. Lamentablemente su estado de conservación es regular, fue afectado por lluvias, las cuales facilitaron el desprendimiento de algunos elementos de la estructura misma, sin embargo, se logra apreciar la forma escalonada de las estructuras así como las escalinatas, destacó Julio Reyes, conservador del Proyecto Huaca Toledo.

Actualmente, los investigadores se encuentran en proceso de definición de la continuación de esta última escalinata que se encuentra expuesta en más 50 % y se ubica en el vértice sur oeste, destacó Jorge Meneses, arqueólogo responsable del proyecto Huaca Toledo.

“El próximo mes se inician los trabajos en el vértice sur este con gran probabilidad de encontrar la última escalinata, es decir, existirían cuatro escalinatas en total, una a cada esquina del edificio”, acotó

Durante casi la última década y media, en Chan Chan, sólo se habían intervenido conjuntos amurallados edificados de manera horizontal; en este contexto, el proyecto de investigación arqueológica Huaca Toledo, se ha convertido en uno de los proyectos más emblemáticos de este sitio del Patrimonio Mundial.

Actualmente, los trabajos están concentrados en el flanco oeste de la huaca, ese que justamente puede ser distinguido por aquellos que transitan por la vía que conduce a Huanchaco. El primer objetivo es remover gran cantidad de adobes y piedra hasta dejar expuesta la majestuosidad del montículo, adicionalmente, se contempla la excavación de áreas puntales en el flanco sur, a manera de cirugía de recuperación del rostro más visible de la huaca.

Es preciso destacar que la recuperación de huaca Toledo cuya antigüedad corresponde al periodo Chimú Tardío 1350-1400 aproximadamente, considera además de la investigación y conservación, su posterior puesta en uso social.

El Ministerio de Cultura a través del Proyecto Especial Complejo Arqueológico Chan Chan, ha invertido hasta el año pasado, 5 millones 407 mil soles en la investigación y conservación de huaca Toledo y en esta última etapa de intervención prevista para ejecutarse durante los próximos 5 meses se invertirán 2 millones más aproximadamente. Actualmente, este proyecto previsto para ejecutarse durante 30 meses e iniciado en junio de 2015, registra un avance del 75%.

La actual intervención contempla acciones de investigación arqueológica, conservación preventiva y conservación definitiva. Los trabajos están a cargo de un equipo multidisciplinario que incluye la participación de arqueólogos, conservadores, ingenieros, arquitectos, antropólogos, economistas, entre otros.

Huaca Toledo es un edificio escalonado de veinte metros de altura y noventa metros por lado, construido con un sistema diferente al de otros sitios ceremoniales de la costa norte, ya que su núcleo está formado por celdas de piedra y gravilla, enchapado con adobes para obtener escalones finamente enlucidos.


SIN DECORACIÓN

Hasta el momento los arqueólogos han logrado definir que las fachadas de la huaca no tuvieron decoración, es decir, no tienen carga simbólica, pero no descartan el hecho que los espacios más reservados construidos sobre la huaca si la hayan tenido. Además, han logrado determinar que se trata de un edificio ceremonial con patios mucho más grandes que aquellos de los conjuntos amurallados.

“Este hecho apoya la idea de que los ceremoniales en huaca Toledo tuvieron una naturaleza más pública. Además, los arquitectos del Chimor se valieron de diferentes materiales y técnicas constructivas que no habían sido utilizados conjuntamente en ninguna otra parte del Valle de Moche ni de la costa norte del Perú”, aseguró Jorge Meneses, arqueólogo responsable de la investigación.

OTROS HALLAZGOS

Durante la intervención se encontró cerámica entera y fragmentada, piezas de madera, textil, entre otros objetos.

NUEVAS EVIDENCIAS

La intervención en huaca Toledo marca un antes y un después en la investigación de la cultura Chimú. Previo al inicio del proyecto ninguna huaca Chimú había sido excavada y los arqueólogos no tenían un referente con el cual apoyar sus hipótesis.

Ahora se tiene evidencia suficiente para proponer que hacia el final de la historia Chimú en Chan Chan, entre el 1300 y 1400 los gobernantes se vieron en la necesidad de construir grandes huacas (como Toledo y el Obispo). Esto resulta contradictorio puesto que el inicio de la cultura Chimú se caracteriza por un abandono y desuso de grandes huacas como las de la época Moche y cuyo mejor ejemplo son las huacas del Sol y de la Luna.

Aparentemente, el apogeo y las grandes expansiones del Chimor habrían marcado mucho más las brechas sociales entre la realeza y los súbditos. Una medida para contrarrestar estas contradicciones sociales fue la inteligente disposición de construir enormes edificios ceremoniales para distraer a las masas, tal como ocurre hoy en día.

CONSERVANDO EL PASADO

Las intervenciones de conservación que se realizan, tienen la obligación de conservar dos aspectos fundamentales, los materiales en su conjunto y la técnica constructiva, por consiguiente; la finalidad primordial, no es llegar a mostrar las evidencias arquitectónicas, sino; lograr conservarlas y protegerlas de los factores extrínsecos que puedan acelerar su proceso de deterioro.

El ocaso del proyecto de investigación de Huaca Toledo, ubicado dentro del Complejo Arqueológico Chan Chan, en el distrito de Huanchaco, provincia de Trujillo, es también el génesis de nueva y valiosa información sobre una de las culturas más importantes desarrolladas entre los siglos IX al XIV en la costa norte del Perú (Cultura Chimú).