Cornejo y Chavimochic
Cornejo y Chavimochic

, el alcalde de Chiclayo caído en desgracia por sus actos de presunta corrupción, está muy familiarizado con Trujillo y La Libertad. Mucho más de lo que muchos se imaginan.

Los mayores de cuarenta años deben recordar que David Cornejo alguna vez disputó la alcaldía de Trujillo con José Murgia en una elección municipal noventera. Incluso, logró colocar tres regidores en el concejo de Trujillo, entre ellos Koki Kobashigawa (quien fue congresista hace poco) y Rodolfo Cabada (actual y conocido empresario constructor).

Pero eso no es todo: Cornejo había sido electo como diputado por La Libertad en el año 1990. Su periodo expiró en 1992, cuando Fujimori dio el autogolpe, pero en esos dos años el parlamentario del PPC se abocó a un tema crucial: las obras de Chavimochic.

Al final del primer gobierno de García se conoció sobre un informe de Contraloría de la República (N° 016-89) que daba cuenta de fallas y omisiones en el contrato y hasta en el desembolso de dinero al consorcio ejecutor del proyecto Chavimochic, el “Consorcio Chimú”, integrado por Odebrecht y Graña y Montero.

Estos hallazgos dieron pie a la creación de una comisión parlamentaria, que terminó siendo presidida por el entonces diputado David Cornejo.

En enero de 2017 este diario contactó a Cornejo y recordó que su trabajo de investigación se vio truncado por el autogolpe del 5 de abril. “El 30 de abril (de ese 1992) íbamos a dar las conclusiones”, dijo el alcalde de Chiclayo que hoy está en prisión.

Es decir, según Cornejo, la disolución del Congreso aplicada por Fujimori terminó siendo providencial para la impunidad.

Pero no todos piensan lo mismo. No son pocas las personas que conocen la historia y recuerdan que el sindicato de trabajadores de Chavimochic estaba muy mortificado en ese entonces porque luego de entregarle a Cornejo toda la documentación para la corresponiente denuncia, él alargaba el tema. “Estuvo dormida esa investigación”, recuerdan algunos.

Aún más, vive aún en la memoria de estas personas una leyenda urbana cuyo protagonista es un maletín clave y una habitación de hotel como mudo testigo. Es una leyenda, claro, pero a más de uno le ha vuelto al recuerdo luego de ver cómo Cornejo ha ingresado al penal por arreglar asuntos de obras y permisos a punta de billetes.