Elegir desde el otro lado
Elegir desde el otro lado

Una columna de Omar Aliaga 

Lo han dicho muchos, una y otra vez, pero es inevitable repetirlo: estas elecciones serán atípicas. Serán para un periodo congresal complementario y el tiempo es mucho menor de lo acostumbrado.

Queda apenas un mes, e incluso menos si contamos la anomia propia que generan estas fiestas al final del año y la resaca de todo lo vivido en el cierre de temporada.

Esto parece una desventaja para los candidatos, pero no para todos de manera general. Yo diría más bien que el corto tiempo puede equilibrar el "juego" para aquellos postulantes y partidos que carecen de una maquinaria electoral grande y bien aceitada. Al no ser una campaña larga, hay menos gasto. Todo está concentrado en semanas. Es decir: no se necesita un soporte tan amplio, sino más bien golpear rápido y de modo efectivo.

En el caso de La Libertad, además, prevalecen en las listas candidatos nuevos, las personas que integran las listas no son recorridas en políticas de manera mayoritaria. Eso también juega a favor de lo asequible.

Y aquí también hay que decirlo: en comparación a otras regiones, en La Libertad no destacan precisamente los candidatos impresentables. Hay uno que otro que tiene cuentas por saldar con la justicia o viejos "anticuchos" en su haber, pero son apenas contados con la mano: la gran mayoría es rostro nuevo o con poca experiencia en la vida política.

El problema, eso sí, es que algunos de esos candidatos podrían tener altas probabilidades de ganar. Sus partidos han apostado por jóvenes y rostros nuevos, pero ellos están allí encabezando sus listas o en otra posición de vanguardia. Ese es el riesgo, porque a la hora del conteo primero se definirá qué partidos obtienen más votos, para luego ir al voto preferencial. Es decir, primero se ve el equipo, y después al jugador.

Desde ese punto de vista, si bien conviene ir a votar por la mejor opción que se crea conveniente, tampoco podemos ser ilusos. Yo considero, en particular, que si los partidos no cumplen con las expectativas de poner a mejores candidatos, y si las listas no son del todo satisfactorias, decidamos desde el otro lado. O lo que vale decir: quizás, más que elegir a un congresista, toque elegir quién no debe ser congresista.

Pero primero hay que conocer. Usted es el primer responsable de la elección. No espere que le den servida la información: ahí está el portal del Jurado Nacional de Elecciones y otros. Luego no se queje.

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