García y Odebrecht
García y Odebrecht

Ocurrió hace un año y medio. Ante el inflexible juez Sergio Moro, el publicista Joao Santana, quien había sido asesor del expresidente Lula Da Silva, confesó en medio del caso Lava Jato en Brasil que la constructora Odebrecht le pidió asesorar la campaña presidencial Alan García en el 2016.

Las palabras de Santana en aquella audiencia judicial en Brasil pueden ser oídas nítidamente en un video atesorado en YouTube (https://www.youtube.com/watch?v=ayFid5Li5BQ): “También intentaron introducirme, pero no acepté que asesorase dos campañas. Una en Ganha del presidente John Dramani Mahama, y que también asumiese la campaña del expresidente Alan García en las últimas elecciones de Perú. Pero no quise”, dice el publicista involucrado en la trama de corrupción. Y además anota que para “la campaña de reelección de expresidente García, [le] insistieron profundamente”.

El video movió el piso político hace año y medio, cuando llegó al Perú, pero ha quedado poco a poco en el olvido, al punto que cuando la fiscalía peruana interrogó a Marcelo Odebrecht no hubo ninguna pregunta sobre esas declaraciones de Joao Santana.

¿Por qué insistiría Odebrecht en encargarle a un publicista de su confianza la campaña de García? ¿Era el aprista su candidato en 2016? ¿Qué favores o qué deuda le tenía el empresario brasileño al exmandatario?

Para nadie es un secreto que García ha sido un amigo estimado de Odebrecht, y de manera principal de Jorge Barata, responsable de la empresa en el Perú y encargado de corromper y de financiar a los políticos peruanos. García, como lo han recordado hace poco, se puso el overol de Odebrecht, y las cifras de los proyectos y de las ganancias de la empresa durante su gobierno parecen confirmar dicho favoritismo.

Por eso la extrañeza de muchos: ¿cómo era posible que solo Alan García esté libre de polvo y paja, si hasta a sus funcionarios de menor rango corrompieron con sobornos?

Esta semana IDL Reporteros reveló la primera gran pista de presunta entrega de dinero ilícito de Odebrecht a García. Esta habría llegado en forma de pago legal por una conferencia dada en el año 2012, una conferencia de costo atípico y cuyas fechas de contrato y pago llaman mucho la atención.

Esto apenas está comenzando. Odebrecht ha confesado solo dos casos de sobornos en gobiernos nacionales: los $ 20 millones a Toledo por la Interoceánica y los $ 10 millones a distintos funcionarios de mando medio por el metro de Lima en la gestión de García. Pero en este último aún no se explica a dónde fueron a parar más de $ 14 millones que también se habría pagado en coimas, conforme a una reciente confesión en Brasil.

Jorge Barata deberá volver a declarar ante la fiscalía peruana sobre este caso. García, mientras tanto, se muestra crispado, más intranquilo que nunca. Y, sin embargo, en medio de esa intranquilidad de palabras bruscas y denuestos contra todos los que lo cuestionan, no vemos, hasta ahora, ningún cuestionamiento a los empresarios brasileños que pagaron sobornos en su gobierno y que a punto estuvieron de meter la mano en su última campaña presidencial.