La ausencia de Acuña en el norte
La ausencia de Acuña en el norte

César Acuña se va a España y lo proclama contento, mientras en el país se baraja la posibilidad de que tres de sus hombres de confianza -o al menos uno de ellos- forme parte del gabinete de estreno de Pedro Pablo Kuczynski.

Pero Acuña viaja con el talante risueño que te da la despreocupación casi desmedida. No es el mismo de un tiempo a este, desde las sonadas denuncias de plagio que prácticamente lo hicieron bajarse del coche electoral en plena marcha. Pero no es el mismo sobre todo para el norte, donde más de uno lo debe estar extrañando.

Y lo extraña sobre todo su partido, ese en el que las divisiones han salido a flote y los distanciamientos se han dado en un abrir y cerrar de ojos durante su ausencia. Alianza Para el Progreso ve hoy amenazado ese bastión norteño del que hacía gala justamente porque adolece de acefalia.

Nada más basta con mirar lo que pasó en la misma campaña entre sus hermanos Mary, Virgilio y Humberto Acuña en Lambayeque para darse cuenta de ello. Y ahora, basta ver la renuncia del alcalde de Chiclayo, David Cornejo, al partido de Acuña, como corolario a esta situación en una región gobernada por su hermano Humberto, que tampoco anda muy bien que digamos y que debe ver cómo les va a los que tienen intención de revocarlo.

Como ocurrió antes con el Apra, en el norte la ambición por el poder ha dejado sus facturas en el partido de Acuña. Heidy Juárez y Marisol Espinoza no tuvieron reparo en ventilar su disputa por los votos congresales en Piura al cierre de la campaña pasada, y Alianza Para el Progreso pareció eclosionar en azul viscoso. Lo mismo ocurrió entre Gloria Montenegro y su propio hijo Richard Acuña en La Libertad, con Manuel Llempén en su desenlace novelero opinando que los votos obtenidos por Montenegro habían sido por “compasión”.

Es en la misma región La Libertad donde quizás la ausencia de César Acuña se nota más. Trabajadores que antes fueron respaldados por el líder de APP hoy se ven fuera de la administración regional a manos del “hijo político” de este, el hoy gobernador Luis Valdez.

Y la situación crítica de las obras de la tercera etapa de Chavimochic tuvo su génesis el día en que Acuña decidió renunciar al cargo de gobernador regional de La Libertad. Desde ese día empezó el despelote hacia este presente en que la falta de liderazgo político ha hecho paralizar la maquinaria agroindustrial del referido proyecto especial. Y no es que con Acuña todo haya sido efectividad y trabajo pulcro, pero por lo menos la gestión -gracias a su fuerza caudillista y patronal- no estaba tan apocada, tan falta de autoridad política como hoy.

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