La Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Trujillo admitió la denuncia contra el alcalde de esta ciudad, Arturo Fernández Bazán, por los presuntos delitos de “ostentación de distintivo de función que no se ejerce” y “ultraje y menosprecio a los símbolos y valores de la patria”.
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De acuerdo con la denuncia, presentada el 3 de enero por el experto en protocolo de Estado e Identidad Nacional Carlos Tenicela Ninamango, el burgomaestre de Trujillo usó, indebidamente, la banda presidencial durante la ceremonia de juramento y asunción del cargo que se realizó un día antes en el Teatro Municipal de la capital liberteña.
La denuncia también fue admitida por los supuestos delitos de “arrogarse un grado académico que no le corresponde [doctor]” y “demora de acto funcional”.
Este Diario pudo conocer también que el caso ya está en manos de la Procuraduría Pública de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), que habría enviado un oficio a la Fiscalía de Trujillo para que tome conocimiento de la denuncia y luego se apersone como presunto agraviado.
Caso
Carlos Tenicela sustenta su denuncia en el artículo 8 del Decreto Supremo Nº 096-2005-RE, que a la letra dice: “La banda presidencial constituye la insignia del mando supremo, que se impone al presidente de la República por ser quien constitucionalmente personifica a la Nación”. “En consideración a su elevado simbolismo, solamente debe ser ostentada en las ceremonias de Estado descritas en el artículo 2 [no menciona en casos como el de Fernández)”, añade.
Además, el artículo 11 del Reglamento del Congreso precisa que “la banda presidencial es la insignia que representa al mando supremo de la República del Perú y la ostenta el presidente de la República por ser quien constitucionalmente personifica a la Nación”.
Aquella mañana del 2 de enero, la banda que usó el alcalde de Trujillo tenía, además de la tradicional borda dorada en el lado izquierdo, el Escudo de Trujillo y una imagen del gigantesco huaco erótico que Fernández Bazán mandó a colocar en Moche cuando era burgomaestre de este distrito.
En su denuncia, el experto en Protocolo señala que Arturo Fernández cambió el Escudo Nacional por el de Trujillo, “hecho que evidencia que el imputado no respetó el lugar que le corresponde o merece a este símbolo de la patria en la banda presidencial”.
Respecto al uso de la imagen del ceramio erótico en la insignia, cita el artículo 9 del Decreto Ley N° 11323: “Los símbolos de la Nación deben ser tratados con respeto, preferencia y lucimiento, en las diversas actuaciones cívicas y de toda índole que ordene la Ley; no debiendo por ningún motivo ser empleados para propósitos equivocados, ni deformado para fines extraños a los que fueron creados”.
“La adición de la imagen de un huaco erótico con la representación gráfica de un pene constituyen un ultraje a los valores de la patria. Este hecho atenta contra la dignidad, honor y humilla en público a los sÍmbolos de la nación y los valores de la patria que están representados en la banda presidencial y el Escudo Nacional”, agrega.
Respecto a los cargos por supuestamente “arrogarse un grado académico que no le corresponde” y “demora de acto funcional”, Carlos Tenicela indicó, en su momento, que en la tarjeta de invitación que se cursó para la ceremonia de juramentación Arturo Fernández fue tratado como “doctor”, grado académico que no tiene, y debió jurar al cargo el 1 de enero y no un día después.
“El denunciante tiene el título de ‘médico cirujano’ y a la fecha de la consulta realizada en la Sunedu no registra grado académico de ‘doctor’, por lo que no puede utilizar el tratamiento de ‘Doctor’ o ‘Dr.’” de manera oficial o pública”, se precisa en el documento remitido al Ministerio Público.