En octubre de 2019, se anunció que el botadero El Milagro, ubicado en el distrito de Huanchaco (Trujillo), sería clausurado y convertido en un “pulmón verde” a partir del 2020; sin embargo, nada de esto sucedió. Actualmente, recibe mil toneladas de residuos al día, pese a que ya no da para más.

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Lo proyectado se cayó tras la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus; no obstante, ni la pandemia propició el cierre de este espacio.

Por el momento, las posibilidades de solución no son tangibles, a pesar de que el año pasado el exgerente del Servicio de Gestión Ambiental de Trujillo (Segat), Joel Díaz, dio a conocer que ya se había aprobado el estudio de impacto ambiental para la construcción de un relleno sanitario moderno, pero por ahora todo quedó en documentos.

En tanto, el botadero, catalogado como “una bomba de tiempo”, es usado por municipalidad de nueve distritos: Trujillo, La Esperanza, El Porvenir, Huanchaco, Florencia de Mora; Víctor Larco, Laredo, Moche y Salaverry. Poroto y Simbal arrojan sus residuos sólidos en otro lugar.

Hace dos años, también se confirmó que se había conseguido que se implementara una celda en el terreno del futuro relleno sanitario, que tiene una extensión superior a las 67 hectáreas y está ubicado a 5 kilómetros al norte del actual botadero, pero tampoco se llegó a concretar.